Tres meses después de una brutal y sangrienta emboscada en Los Pirpintos, la Justicia de Monte Quemado, Copo, dictó ayer la prisión preventiva para tres primos apodados “Guiso”, “Pato” y “Beto” Ledesma.

Se les atribuyen el asesinato de un joven trabajador a tiros, cuchilladas y machetazos.

“Homicidio doblemente calificado por alevosía y por premeditación de dos o más personas” es la figura enrostrada a Sergio (“Pato”), Carlos (“Guiso”) y Hugo René (“Beto”) Ledesma, por cuya ira fue segada la vida de Rubén Palomo, alias “Serena”, de 27 años. 

Según la investigación del fiscal Santiago Bridoux, el sábado 12 de marzo “Serena” y dos primos se trasladaron a un bar del pueblo, distante 25 kilómetros de Pampa de los Guanacos, Copo. Cerca de las tres de la madrugada del domingo arribaron “Guiso”, “Pato” y “Beto”.

En el pueblo se comentaba que no había simpatía en el trío y que se la tenían jurada a “Serena”. Sea cual fuere el disparador, en un momento un Ledesma insultó y “Serena” reaccionó. 

Los testigos recordaron que “Serena” derribó a dos y los dueños echaron a los sujetos, ya que alborotaron a toda la clientela y espantaron todo consumo. “Serena” y sus primos bebieron una cerveza y se retiraron 40 minutos después.

Frente a unas vías, los Ledesma aparecieron y rodearon a Serena y a un primo. “Hola hdp. ¿Qué pensabas que te ibas a ir a su casa tan pancho?”, ironizó un Ledesma. En segundos, partió un disparo y “Serena” quedó paralizado por el impacto. Mientras un torrente rojo bañaba todo su cuerpo, el joven buscó defenderse, pero su destino ya estaba signado por el disparo.

Los Ledesma no tuvieron piedad y lo ejecutaron a cuchilladas y machetazos. Imposible desentrañar por qué perdonaron al primo, aún dejándolo tirado en el tierral, mientras el último soplo de vida iba despidiéndose de “Serena”.

Instinto criminal y la manada “viaja” directo a la perpetua

La grave imputación prevé una única y última estación penal: prisión perpetua. Allí radica la preocupación de la defensa, resuelta en morigerar los cargos, hoy una misión casi imposible. En audiencia, la Fiscalía reconstruyó los capítulos dominantes de una masacre, la cual puesta en perspectiva desnudaría nulo amor por la vida y pintaría -en cuerpo y alma- a los Ledesma como individuos movilizados solo por el instinto de muerte. Que “Serena” caído y herido de muerte no los frenó en el propósito macabro; mucho menos que hayan sido vistos por todos los amigos en el bar; tampoco que el primo testigo de la víctima pudiese delatarlos, eslabón abandonado vivo con el solo fin de que relatase ¿los negros detalles del crimen? Imposible que la jueza Valeria Díaz titubeara al refrendar la prisión preventiva de la manada.