Un comisario fue designado en los últimos meses al frente de una dependencia policial del interior provincial, luego de que estuviera en el “freezer” en la Jefatura de Policía, tras verse envuelto en un escándalo que llegó a la Justicia.

El funcionario de la fuerza de seguridad provincial se mostró muy “amigable” en el trato con el personal femenino de la Comisaría del Menor y la Mujer.

Con el paso del tiempo, varias oficiales y suboficiales habrían comenzado a recibir “propuestas indecentes” del jefe policial. A otras las llamaba al despacho, donde destacaba sus atributos físicos y hasta les habría hecho masajes a sus subordinadas para que se “relajaran”, ocasión en la que las manos del comisario llegaron a zonas íntimas superiores.

Las que lo rechazaban desde un primer momento tenían más trabajo y se tenían que quedar más tiempo en la comisaría. Las oficiales y suboficiales comenzaron a hablar entre ellas y coincidieron en sus relatos. De esta manera advirtieron que todas sufrían lo mismo.

Un grupo de las mujeres oficiales se presentó ante las autoridades del Departamento de Seguridad Ciudadana de su jurisdicción y contó todo lo que estaban sufriendo. En este sentido, pidieron que tomaran una decisión inmediata. Las autoridades de la Jefatura de Policía decidieron desplazar al comisario y quedó a disposición de la Dirección de Recursos Humanos.

En 2018, fue denunciado por un cabo: Le quería practicar sexo oral

El comisario desplazado recientemente ya estuvo involucrado en otro hecho de carácter sexual. En diciembre de 2018, el jefe policial fue denunciado por un cabo. El suboficial se desempeñaba en una dependencia de la ciudad Capital y era chofer de uno de los patrulleros. El cabo denunció que era acosado por su jefe, quien le realizaba insinuaciones sexuales. La negativa de la víctima provocaba que su superior le exigiera más horas de trabajo que las que correspondían. El momento más dramático que vivió el suboficial fue cuando el comisario pretendía practicarle sexo oral. Fue la gota que colmó el vaso y decidió denunciarlo en la Jefatura y en la Unidad de Abusos Sexuales y Violencia Institucional de la Fiscalía. El cabo fue trasladado a otra dependencia y el comisario pasó a disposición de la Dirección de Recursos Humanos, donde fue sometido a exámenes psicológicos.