La muerte de Reynaldo Bignone, último presidente de facto del Gobierno militar del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” (1976-1983) volvió a abrir el debate sobre el proceder de la dictadura en la lucha antisubversiva y la responsabilidad de las guerrillas de izquierda.

Una de las voces más representativas en defensa de “los otros muertos”, es decir, las víctimas de las organizaciones armadas de izquierda que suelen pasar desapercibida ante la “historia oficial” reforzada por el kirchnerismo es la de Victoria Villarruel, del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas.

Cada aparición televisiva de Villarruel suele generar polémica, ya que la historia que visibiliza incomoda al relato oficial sobre los trágicos hechos de los setenta. Esta semana la nueva irrupción mediática de la abogada volvió a encender el debate. Su reclamo es claro y lógico: “Las víctimas del Terrorismo de Estado no deben ocultar a la de las guerrillas”.

¿Por qué creés que cada aparición televisiva tuya genera tanta repercusión?

Creo que cuando un tema se bastardea tanto, la sociedad lo termina rechazando. Los setenta fueron embarrados en su contenido histórico y simbólico por muchos que integraban las organizaciones terroristas y que fueron los grandes beneficiarios por el Estado en el otorgamiento de derechos y prebendas en el aseguramiento de la impunidad.

Sin embargo la versión de ellos no cierra, le faltan componentes, hechos y protagonistas. Cuando una entidad como CELTYV rompe con ese discurso pétreo, la sociedad se vuelca a escuchar y a permitirse dudar sobre la historia edulcorada que le contaron sobre los jóvenes idealistas.

Las víctimas del Terrorismo de Estado… ¿Tapan a las de las organizaciones armadas de izquierda?

En su mayoría, las víctimas de los abusos del Estado eran militantes, combatientes con mucha formación política, mientras que las víctimas del terrorismo eran ciudadanos comunes, apolíticos, de distinta nacionalidad, religión y origen social.

Es por esto que nuclear al primer colectivo de víctimas fue más fácil, ya que se conocían de la militancia y se ayudaban en la clandestinidad. Existían ya vínculos previos. Del otro lado el común denominador es el dolor de los atentados terroristas y el dolor nunca aglutina. En muchos casos los primeros también fueron victimarios de la gente que nosotros representamos.

En nuestra última conversación, hace un año, manifestaste que la gestión de Mauricio Macri no había revertido la política del kirchnerismo en este sentido. ¿Percibiste algún cambio en los últimos 12 meses?

Nada cambió respecto a las víctimas del terrorismo. El Estado en la gestión de Cambiemos lamentablemente mantiene los lineamientos heredados de la época kirchnerista en materia de Derechos Humanos. Sí puedo destacar, como acto propio e inédito del Ejército Argentino el homenaje a las víctimas de un atentado terrorista del Ejército Revolucionario del Pueblo a la Guarnición Militar de Azul. Fue el primer acto semejante en 35 años y ojalá que esta iniciativa sea continuada por las nuevas autoridades del Ejército.

¿Por qué creés que no hay más personas que defiendan públicamente una visión histórica ecuánime, que condene los excesos de los militares, pero también los de las organizaciones armadas de izquierda?

Desde hace 35 años se ha bombardeado a la sociedad con una visión parcial de lo ocurrido en los setenta, subestimando al pueblo argentino que merece saber la verdad. El pueblo, salvo sectores puntuales relacionados ideológicamente con las organizaciones armadas no se han involucrado en esta cuestión.

La gran mayoría mira de lejos esto. Sin embargo cuando aparecen las víctimas del terrorismo, la historia gana coherencia y gente que no se sentía representada se da cuenta que tranquilamente podía ser ese padre de familia asesinado en la calle o esa adolescente despedazada por una bomba.

¿Creés que la terrible situación que vive hoy Venezuela ayuda a que una nueva generación sea más consciente de las intenciones autoritarias y del resultado desastroso del socialismo?

El drama venezolano mostró en toda su magnitud el modelo que propone la izquierda y el kirchnerismo de exclusión social, donde los únicos que viven con dignidad son los amigos y simpatizantes del régimen.

Los que conocemos a los planes totalitarios del terrorismo no podemos más que solidarizarnos y sentir como propio el martirio de Venezuela.

Fuente: pampapost.com