Por Tony Villavicencio.- Hay narcotraficantes que la organización, les asigna una función. Se disfrazan con la camiseta del pueblo, son oportunos denunciantes de las injusticias, cuando en realidad son los profetas de la muerte cerebral de nuestros adolescentes y jóvenes.

En la superficie son hábiles conquistadores, denuncian en forma permanente las injusticias sociales, y como son pocos afectos al trabajo, inventan y desprestigian a las instituciones y a los funcionarios, pero a la vez se muestran solidarios y caritativos y de esa forma buscan infiltrarse en las clases sociales populares y empobrecidas.

No tienen ideología, en realidad buscan una posición que les permita, sin escrúpulos, arrimarse y conquistar el poder. Seducen y hasta “bancan” económicamente las campañas electorales, y de esa forma se adueñan de la voluntad del que llega, al que no dejan trabajar por el bienestar de su pueblo, sino lo transforman en una pieza clave de la organización del narcotráfico que lo ayudó a llegar, de lo contrario, si el funcionario no cumple, lo enfrían y lo mandan a gobernar en el otro mundo, como pasó con alcaldes de la ciudad de Juárez, Tijuana, República de México y de otros pueblos, en su mayoría colombianos.

“Bancan” campañas

Para cumplir con el objetivo, el narcotráfico banca campañas electorales, de pueblos pobres y de esa manera lo involucran al candidato o a los candidatos, porque a veces juegan a varias puntas y el que gana las elecciones, más que con la gente, el compromiso lo tienen con la “organización”.

Esto no es un nuevo descubrimiento, podemos nombrar ciudades pobres de Colombia, México o del mismo Bolivia de hace unos años, donde el narcotráfico, apoyado por el poder político, había declarado territorios liberados. Hay que recordar que el país vecino que hoy gobierna Evo Morales, en años pasados tuvo que recurrir a la DEA, fuerza especializada de los Estados Unidos, para poder erradicar a las organizaciones de narcotraficantes que se habían apoderado de pueblos, donde tenían verdaderos laboratorios de estupefacientes que luego los distribuían por el mundo.

Monte Quemado, geográficamente es estratégico. Las fuerzas de seguridad lo saben y los copeños a voces comentan quiénes defienden por amor al pueblo y quien usa el fértil terreno de la política para convertir a la ciudad en la primer “narco ciudad” del norte argentino, donde correría la droga como el pan.

Por suerte, son numerosos los copeños que a voces están advertidos que el “tic toc” de las agujas del reloj nos está anunciando que el plan se ha puesto en marcha y hay que combatirlo con las herramientas que tiene el Estado.

Desde las fuerzas de seguridad nos dicen que vienen trabajando y todos los vecinos de Monte Quemado están esperando que en su ciudad llegue el momento del gran golpe al narcotráfico. Algunos opinan que las fuerzas especiales ya deben operar. “Basta de hacer inteligencia de lo que todo un pueblo sin dudar lo sabe, señalan.

Entonces, atención ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Burlich, atención fuerzas de seguridad, es el justo momento de obrar y frenar el flagelo que el reloj nos está anunciando, que está marchando y que con absoluta impunidad avanza en cumplimiento al objetivo.

La droga que se secuestra por el corredor de la Ruta Internacional 16 no debe ocultar a la que se distribuye y se consume en la ciudad de Monte Quemado, que va camino a convertirse en la primer “narco ciudad” del norte argentino.