Por Tony Villavicencio | Preocupa y sorprende a los forestales el silencio y la indiferencia que muestra para con el sector productivo, el Ing. forestal Felipe  Cisneros, quien asumirá la intendencia de la ciudad de Monte Quemado el próximo 31 de octubre.

Al respecto, sostienen los productores que la incertidumbre que hay  sobre el  futuro del sector forestal, estrechamente vinculado a la profesión del electo intendente quien aseguran muestra desinterés por la actual situación que vive el sector forestal, amenazado por las organizaciones ambientalistas que avanzan y mantienen paralizada a la actividad forestal en la provincia de Chaco con consecuencias económicas-sociales trágicas.  

Cabe recordar que el departamento Copo, en la provincia de Santiago del Estero, es el último rincón de la geografía que conserva importante masa boscosa, y desde hace 90 años  es el aprovechamiento de los recursos naturales, la única fuente que alimenta  la economía de la región y no hay otra cosa más de que vivir porque los gobiernos nacionales, provinciales y municipales no supieron crear las condiciones para la reconversión productiva y la gente que también es parte del ecosistema. De algo tienen que vivir.            

Hoy, las organizaciones internacionales, con dinero aportado por los países del primer mundo, avanzan en campañas de supuesta concientización y pintan a los nuevos empresarios, con la pintura del  obraje y la explotación irracional del hombre, cuando en realidad eso quedo atrás, en el tiempo, ya no existen los obrajeros que se quedaron con todo.

Hoy, hay una nueva generación, la actividad forestal en Monte Quemado es empresarial, humana, ordenada, racional, es la única fuente de trabajo que motoriza la economía de una ciudad de 40 mil habitantes a  los que  el intendente electo, a días de asumir el cargo, se mostró indiferente, no los convoco a reunión  y muchos trabajadores forestales sin ocultar el resentimiento, manifestaron que “al Ingeniero lo votamos pensando en un respaldo profesional, que no lo tuvimos (Sig)”.

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El copeño, por instinto conservó  la masa boscosa en el  verbo que refiere a extraer utilidades o riquezas de una industria o negocio y a utilizar las cualidades de un ser vivo o circunstancia de una manera racional y es por eso sobreviven de la actividad forestal, desde hace 90 años  y esto deja claro que el bosque nativo explotado por las  hachas y la motosierra, se renueva  y que sin dudas. Son las topadoras las que deforestan y comprometen al medio ambiente.

Aprendimos que cuando se tala un bosque sin un plan de reforestación, el ecosistema sufre grandes daños y se pierde la biodiversidad. Además de las especies vegetales que son afectadas de manera directa, muchos animales se quedan sin su hábitat y algunas comunidades aborígenes se ven desplazadas. La explotación forestal también tiene consecuencias negativas para la absorción de dióxido de carbono y genera la erosión del suelo.

El control que observamos en estos últimos años por parte  de la legislación. (Ley 26331 de presupuestos mínimos de protección ambiental) y la presencia de la Dirección de Bosques marcando y concientizando la racionalidad en la explotación  es imprescindible para evitar que la explotación forestal no sea insostenible. Tenemos que reconocer que el  gobierno del Dr. Gerardo Zamora ha puesto en marcha para contrarrestar este lamentable fenómeno, y las principales consisten en proteger ciertas zonas silvestres y en desarrollar proyectos para aprovechar los recursos de manera sostenible, para lo cual es necesaria una formación basada en la investigación de los procesos y patrones ecológicos, así como de los efectos que la influencia del ser humano tiene sobre los ecosistemas.

La explotación forestal desmedida no es un problema aislado o un error de nuestra especie que pueda ser corregido mediante una simple decisión, sino que se encuentra íntimamente relacionado con nuestra manera de entender y tratar al resto de los seres vivos. Para entender que se trata de una cuestión social, basta con recordar que un gran porcentaje de personas son conscientes de las consecuencias de la deforestación y no hacen nada al respecto.

Si tenemos la referencia que en el departamento Copo, no ingresaron las topadoras a deforestar y que aún hoy y desde hace 90 años  se trabaja en la actividad forestal. Queda claro que el  aprovechamiento, racional, integral y sustentable, del recurso natural, contribuye a la economía con consecuencias sociales y para nada complica al medio ambiente ni  desequilibra al ecosistema y  todo es posible para la naturaleza, cuando se obra en  justa medida.