Por Tony Villavicencio | La rehabilitación de El Belgrano Cargas fue originalmente diseñado por el gobierno de Cristina Kirchner con fines económicos y sociales, pero pasan los años y no cumple ninguna función social, porque el tren de pasajeros nunca llega.

La obra se ejecutó y concluyó en el periodo del presidente Mauricio Macri, cuyos funcionarios rediseñaron la prestación del servicio del rehabilitado ramal ferroviario Chaco - Salta con enlace hacia Tucumán, proyecto en el que los argentinos invertimos diez mil millones de pesos.

En la mente de la política del macrismo se vivió el convencimiento de que “todo  pasa” por el puerto y cuando se debería de haber planificado la estrategias del progreso y el desarrollo armónico del país, y no el maldito centralismo que privilegia y fortalece a la oligarquía Argentina que se olvidaron que somos un país republicano y federal.

El pensamiento y la idea del proyecto del Belgrano Cargas, en su espíritu, conserva esa cultura, cuando de lo que se trata es de la rehabilitación de las vías del ex Ferrocarril Belgrano, en beneficio de un sector productivo y económico pudiente, que transporta la riqueza productiva agropecuaria del norte argentino para llevarla y elaborarla en las fábricas de las dos provincias más ricas del país: Buenos Aires y Santa Fe.

Los economistas opinan, en principio, que se debería invertir en la región en la construcción de la infraestructura necesaria para radicar industrias, que generen ocupación de mano de obra y le den valor agregado a la riqueza productiva agropecuaria de la región donde se  produce, si es que realmente se quiere saldar la brecha profunda de provincias ricas y provincias pobres.

Hoy, vemos que el proyecto del Belgrano Cargas contiene, en su espíritu, el transportar por las nuevas y costosas vías en bruto los cereales de las provincias del norte y se omite de prestar un servicio social, como es un tren de pasajeros, en beneficio  de una integración regional de los habitantes de las sociedades del norte grande, y más aun de  los sectores sociales de escasos recursos.

El macrismo rediseñó el proyecto y promociona la obra como la reparación histórica del Norte Grande y se olvidó de los pobres, y  lo hizo con picardía, porque en realidad la obra, una vez finalizada, desde entonces tiene el  fin de saquear la riqueza agrícola de Chaco, Santiago del Estero, Salta y Tucumán, beneficiando con un transporte barato a los pool de siembra en manos de empresas multinacionales y se olvidaron de la gente de los pueblos asentados al pie de las vías. En realidad en el tren del pueblo como lo bautizaron los macristas, no pueden viajar ni los animales.  

Los productores en el Norte Grande no son muchos, ya que la producción agrícola ganadera está concentrada en no más de 20 pools de siembra, que responden a poderosos grupos económicos como es el grupo Macri  y a empresas extranjeras, que ni siquiera tienen oficinas, ni pertenecen a estas provincias. El claro ejemplo es la empresa Australiana Yhac, que explota en el departamento Anta de Salta 180.000 hectáreas.

Es decir, proponen a estas empresas multinacionales cargar sorgo, maíz, soja y algodón en bruto, y para ello el Estado los incentiva con un flete ferroviario barato, que lo pagamos todos pero beneficia la rentabilidad de los cereales y del algodón de los más pudientes. En realidad, el Belgrano Cargas en su intención oculta, tiende a cargar en sus vagones la producción de la materia prima del Norte Grande cuando lo aconsejable debería ser promover la industrialización en la región a fin de crear fuentes de trabajo y de ese modo se reactiven las economías de estas provincias, que cargan en sus espaldas la pobreza del obsesivo centralismo con el que se gobernó a lo largo de varias décadas el país.

La  reactivación del Belgrano Cargas, como está planteado, nos devuelve a los norteños a los años de plomo. Nos llevaron toda la riqueza maderera, incluido el quebracho y nos dejaron los borrachos, y hoy la obra que todos vemos y que se construyó en toda la línea del antes Ferrocarril Belgrano (hoy Belgrano Cargas), no se construyó pensando pueblo.

Es cierto que cargan en bruto la materia prima de los campos de Santiago del Estero, Salta, Chaco y Tucumán y entonces los pueblos de estas provincias, siendo los generadores de la riqueza productiva agropecuaria, continúan sin trabajo, desocupados, condenados a sobrevivir del humillante subsidio estatal y permanecen inmovilizados por la pobreza y a pie, porque el Ferrocarril Belgrano Cargas no cumple ninguna función social y es porque el tren de pasajeros que reclamamos en cada una de nuestras notas, nunca llega.