Desde que el ser humano comenzó a vivir en comunidad siempre han existido distintas formas de protección a la infancia.

Pero el concepto de niñez evolucionó a través del tiempo y no fue sino hasta el siglo XIX que comenzó a reconocerse que los primeros años son una etapa fundamental para el desarrollo de las personas. Ninguna sociedad tiene futuro si no genera las condiciones básicas para que los más pequeños crezcan en un entorno familiar con los cuidados, afectos y recursos necesarios para llevar una vida digna.

Con frecuencia, en algunos congresos donde se debaten asuntos relacionados con la protección de la infancia se hace referencia a la capacidad de los niños y niñas para sobreponerse a las experiencias más traumáticas, y se cita como ejemplo la vida de Thomas Buergenthal, nacido en 1934 en una familia de judíos alemanes que sobrevivió a los campos de exterminio nazis para recorrer luego un duro camino que lo llevó a convertirse en juez de la Corte Internacional de Justicia en el año 2000, donde volcó toda su experiencia en la defensa de los derechos humanos. Los horrores que de niño padeció Buergenthal, lejos de llevarlo hacia los caminos del odio lo convirtieron en un hombre comprensivo que reconoce la importancia que tiene para una sociedad proteger a los más pequeños.

En nuestro país, tras la muerte de Lucas González, el adolescente de 17 años que falleció el pasado jueves luego de ser baleado en la cabeza por policías de la Ciudad de Buenos Aires, la filial local de Unicef emitió un comunicado fijando su posicionamiento frente al uso de fuerza letal contra niños, niñas y adolescentes. El texto es el siguiente: "Ante el uso de fuerza letal contra niños, niñas y adolescentes por parte de fuerzas de seguridad, Unicef reitera la obligación de los Estados de proteger el derecho a la vida y todos los demás derechos contenidos en la constitución nacional y en los instrumentos internacionales, que han sido ratificados. Unicef aboga para que se adopten medidas concretas para erradicar el uso desproporcionado de la fuerza hacia niños, niñas y adolescentes por parte de las fuerzas de seguridad. Asimismo, recomienda y promueve la sanción de una ley integral de prevención contra la violencia institucional con una mirada específica de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes". Lamentablemente, los casos de gatillo fácil que involucran a miembros de fuerzas de seguridad se repiten en casi todo el país y en no pocos casos las víctimas son adolescentes. Es evidente que en la formación de quienes se van a desempeñar en fuerzas de seguridad debe hacerse hincapié en el concepto de justicia y en lo que significa el respeto de los derechos humanos.

La organización familiar, la comunidad y las instituciones del Estado deben sumar esfuerzos para promover sistemas eficaces de protección a los chicos. Días atrás, con motivo de conmemorarse en todo el mundo el Día Internacional de las Infancias, Unicef publicó en sus redes sociales distintos mensajes y uno de ellos recordaba que "las grandes cosas comienzan siendo pequeñas", para señalar luego que es necesario crear un futuro donde cada niña y niño se sienta seguro y protegido.

Argentina, lamentablemente, mantiene niveles muy altos de pobreza infantil. Más de la mitad de los niños del país vive en situación de pobreza. Y esa situación se vio agravada por la emergencia sanitaria que desató la pandemia. Urge poner un freno al deterioro de la calidad de vida de estos niños y niñas. Luchar contra las múltiples causas que producen la pobreza es uno de los requisitos indispensables para avanzar en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Revertir esta situación demandará un esfuerzo enorme y mucho tiempo, pero es necesario comenzar ya porque hay necesidades que no pueden esperar.

La ciudadanía debe exigir políticas públicas eficientes que generen un mayor bienestar en la infancia y en sus familias. Hay mucho por hacer en materia de desarrollo infantil. También es importante lograr que todos los adolescentes estén incluidos en el sistema educativo y que puedan acceder a servicios adecuados de salud. Es necesario actuar sin demoras para que cada niña y niño tenga acceso a una alimentación saludable, sin olvidar que la salud mental es tan importante como la salud física.