Tony Villavicencio | Alguien me dijo que vivimos en una sociedad cada vez más narcisista. Le respondí que era  una percepción es subjetiva, y no creo que haya forma de demostrar esa hipótesis con datos.

Algunos lo han intentado, pero con resultados bastante discutibles. No hay evidencias concluyentes de que eso sea cierto, ni los científicos se ponen de acuerdo.

 Este trastorno de la personalidad del individuo lo extrapolamos a la sociedad, ¿qué encontramos? Algo así como una cultura que da la espalda a los valores humanos, que sacrifica y destruye su entorno natural en pro de producir a destajo, en la que el dinero vale más que el tiempo y las cosas más que las personas (nunca tenemos tiempo porque hay que explotar  más para poder tener más).    

Cuando la riqueza material está por encima de la humana, la notoriedad despierta más admiración que la dignidad y el éxito es más importante que el respeto a uno mismo, entonces la propia cultura está sobrevalorando la imagen, y hay que considerarla narcisista, y cabe entonces trasladarle la preguntarle a los lectores.

¿Te parece  que  la sociedad de Monte Quemado convive con un sector elíptico narcisista? que cada uno saque sus conclusiones.

La verdad debo confesar que conocía el origen de la palabra narcisismo, empero no la conducta en la  personalidad de los individuos, y tuve que recurrir al mataburro y me enseñó que el narcisismo es la complacencia excesiva en la consideración de las facultades propias. El término alude al personaje mitológico Narciso, enamorado de sí mismo  (se ahogó al intentar besar su imagen reflejada en el agua)  instinto de creerse superior por encima de todos y con derecho único, a todo lo que es de todos.

Sí, queridos, mucho me temo que hemos involucionado en una sociedad un tanto narcisista, capaz de exterminar los recursos naturales en aras de tener un “nivel de vida más alto”, actuando con la frialdad emocional de quien colocó y ahorra en los bancos robando el futuro y la economía de  las nuevas generaciones.  

No quiero extenderme en la lista de todas las conductas narcisistas, muchas de ellas incluso psicopáticas, en las que ha caído la sociedad en la que vivimos, cuando a veces no solo callamos, sino  ayudamos a que nos despojen a lo que es de todos porque todos tenemos nuestros propios ejemplos  de lo que estamos denunciando. En   los ojos en los oídos. No nos entra a la cabeza que lo que los palos que se  llevaron  también fueron  de nosotros.

No quiero acabar ningún artículo con sabor amargo y  desesperanza. Muy al contrario, aprovecho para felicitar a todas esas familias que, aún dentro de esta sociedad loca, narcisista y empobrecida por  un par de vivos, sin tener nada salieron  ayudar desinteresadamente a las familias,  que por los contagios de la pandemia se quedaron aisladas, en casos sin alimentos, sin remedios,  abandonadas por un  estado Municipal administrado por quien nunca dejo de ser el patrón..

 Por la grandeza de los changos  que dejan la piel abrazando palos recibiendo a cambio pagos irrisorios. Por las familias  de los hacheros que revolearon el hacha hasta romper sus pulmones  entregando  sus mejores años, para que unos pocos se quedaran con lo que fue de todos  y hoy después que se agotaron los quebrachos esas  familias   sobreviven  con la tarjeta alimentar y ayer con sus hijos semidesnudos apretados en sus brazos  esperaban turno en los supermercados del pueblo.

Si amigos en cualquier sociedad del mundo cuando el Narcisismo, se impone  es porque unos pocos   se aprovecharon  de las grandes mayorías que ellos empobrecieron a las  que  sin importar lo humano explotaron  para poder  acumular la riqueza que hoy detentan y con la soberbia del exitoso la muestran.