Por Tony Villavicencio | La libre expresión de las ideas y el debate serio y responsable en Monte Quemado han sido secuestradas. Manejadas por una especie de monopolio de la radiofonía, en el ciberespacio, y ahora intentan incursionar en la prensa digital.

Un poder  autoritario, que se niega al disenso  e invierte el dinero de la ciudad más pobre del Noroeste Argentino en un dislocado proyecto de frenar la palabra y borrar las letras de los que piensan distinto y se exponen a denunciar la corrupción.

Vaciamiento de poder 

“Nuestro lema es que los demás den una opinión, pero jamás renuncies a la tuya”, una reflexión que hoy cobra más sentido que nunca, ya que en el último tiempo, lamentablemente, vemos cómo el poder local persigue, silencia, en lo que es la obra de un gobierno que sobrevive en el marco político de un vaciamiento de poder, que por salvarse mediante testaferros  invierte en un diario digital, con la ilusión de poder frenar a los que piensan distinto. Los que transitamos por esta profesión, sabemos que no hubo gobierno en el mundo que pudo tener éxito encubierto de comunicador social.   

El pensar diferente y el poder expresarlo con respeto y sin miedo, en diversas plataformas, en Monte Quemado se torna inaceptable y hasta peligroso. Si no va con el pensamiento del que gobierna, es casi un insulto, y en estos días de confinamiento y cuarentena, reviste un riesgo de agresión y pisoteo de la integridad real o virtual de quien emite su opinión. Y por favor, que a nadie se le pase por la mente opinar distinto, porque ello conllevará a que lo proscriban en sus  derechos  y lo encasillen inexorablemente en un bando político u otro, y si es comerciante le montan  operativos de seguridad vial en la puerta del negocio para que fracase, o   hasta ser víctima de hasta una difamación  por las radios que pagan  con el dinero del pueblo, mientras hay sectores que  sobreviven sin agua, sin luz y hasta los , aislados sin acceso  a los alimentos en  extrema y vergonzante pobreza.

El Sufrimiento del Pueblo

Opinar con libertad y decir lo que se piensa, y denunciar el sufrimiento del pueblo con la verdad no es agresión. Lo cierto es que los gobiernos  autoritarios, intolerantes, los intransigentes, como el gobierno de Manuel Osvaldo Castillo y Silvia Castillo, se sienten agredidos, cuando tienen problemas de argumentación, para justificar con una mentira la verdad que por ante la opinión pública desnuda al gobierno autoritario que representan.

Todos tenemos visiones personales que nos ha forjado nuestra propia historia, podemos ser un aporte con nuestras opiniones, pero hay que tener en cuenta que también existe la posibilidad de estar equivocados. Ya sea lo uno o lo otro, que ello no coarte nuestro derecho a opinar y que a nadie le exija a pedir perdón, solo por opinar diferente al gobierno de turno como hemos visto ocurrió con empleados municipales a los que como única forma  de salvar la fuente de trabajo les exigieron  la humillación del perdón.

La Pandemia 

No cabe duda que en Monte Quemado se está viviendo la  crisis de las instituciones, y una pronunciada devaluación de la democracia en manos de un gobierno municipal que se adueñó de la pandemia para justificar los abusos, y también los recursos económicos,  que no vemos, se  invirtieron en obras, servicios, ni mucho menos en ayuda social, profundizando las desconfianza en la ciudadanía, la que mayoritariamente  se siente abandonada, burlada por un gobierno de familia.

Sin embargo, dándole la espalda a este gobierno, emerge una oportunidad única para repensar, hacer una pausa, reflexionar, saber escuchar, conversar, debatir y generar un diálogo respetuoso entre los distintos sectores con nuestras legítimas diferencias, donde el pensamiento crítico y la opinión distinta no sean vistos como un reguero de pólvora o provocación, sino más bien, un valor fundamental para construir en la diversidad que nos impone la democracia y así, en  memoria de los hacheros que fundieron sus pulmones para  fundar la ciudad de Monte Quemado, entre todos, con sabiduría y humanidad, recuperar a esta  ciudad del oprobio institucional que la sumió en la extrema pobreza. El IDEC nos declaró  en el último trimestre 2021, la ciudad más pobre del Noroeste Argentino.