Por Toni Villavicencio | El poder político de la ciudad de Monte Quemado se encuentra hoy inmerso en una situación crítica de desenlace incierto.

Estamos instalados en un espacio difuso entre un gobierno de familia que ya fue y un futuro que todavía no es. Todos queremos entender los acontecimientos del presente y saber hacia dónde vamos, pero sin duda la municipalidad ha perdido rumbo y los funcionarios del gobierno coherencia.

La Secretaria de Gobierno, Silvia Castillo postea en su Facebook sin reconocer el error criticando a los que le van desesperados a pedir comida sin examinar un tiempo que vivimos y en el que nos vemos tan comprometidos y todos reconocemos que la municipalidad tiene una responsabilidad en este sentido, porque es el rostro visible del estado del que todos esperan una solución y más a un el desesperado. Por lo que no pueden mirar hacia otro lado.

Debemos realizar los máximos esfuerzos de análisis teórico y estudio empírico que nos permitan echar alguna luz sobre los acontecimientos ocurridos en estos días. No cabe duda de que la crisis aprieta el estómago y hace perder el miedo, que es la principal herramienta de un poder político que en nombre de la pandemia se ha transformado en el verdugo de su propio pueblo.

Un gobierno, desprolijo autoritario, subido a las ancas de la soberbia, donde el abuso con castigos y privilegios. Práctica de un modelo de estado municipal, donde reinan los abusos, la discriminación y todo ocurre en el marco de una realidad, social. económica que por efectos de la Pandemia afecta y asfixia, al mundo, al país y más aún a los habitantes de la ciudad de Monte Quemado, inmersos en una economía de supervivencia.  

La manifestación de la protesta del Fol (Frente de Organizaciones en Lucha) ayer a la que el intendente Castillo, en el programa de actualidad política que se trasmite por la radio LV11 de Santiago del Estero, quiso minimizar, restándole derechos y fundamentos a su reclamo, mostrándose desentendido de lo que se observa en el horizonte y fue su negativa de atenderlos lo que generó la violencia que al fin lo obligó asumir su responsabilidad.

Sin dudas los reclamos hoy es un tema central para quienes se dedican al estudio de la realidad social. Es por eso que nos aventuramos a la difícil tarea de escudriñar el presente, que nos limita a recordarle al intendente que la oveja cuando tiene hambre, salta el cerco, y si continúan en negarse enfrentar los problemas, no van a ser pocas las veces que tendrá que escapar serse por los fondos del edificio municipal. 

No vamos a impregnar las páginas en un relato cronológico de los desaciertos de este gobierno de familia, protagonista de acontecimientos que precipitaron una profunda crisis en el tejido social de Monte Quemado no sólo en la forma de su vertiginosa sucesión cronológica, sino a la luz de la detención de la joven Romina Mansilla que fue a pedir trabajo y ordenaron su detención. Trama que hace sospechar que el poder político local luego del escudo de la pandemia ahora instrumenta la criminalización de la protesta.

La crisis que vive la municipalidad de Monte Quemado, en estos días, se refleja en la acumulación de poder. Por supuesto que esta crisis no es nueva, sino que se trata de la forma progresiva y extrema de deterioro del sistema democrático con un consejo Deliberante obediente del poder ejecutivo, ausente de la representatividad que le concedió el pueblo.