Por Tony Villavicencio.- Los números en las encuestas que llegaron a la Casa Rosada no le dan para la reelección al presidente Mauricio Macri, descartan toda posibilidad de arrimarse con probabilidades y hasta el propio Durán Barba, el hombre del ilusionismo electoral, ya les dijo que no hay estrategia que pueda reactivar y volver a instalarlo al presidente de todos los argentinos en la confianza del electorado.

Hay voces de propios funcionarios del Gabinete que indican que Durán Barba, por sincerizarse, ya estaría con las valijas preparadas por volver a su país y que los descarrilamientos de Baby Etchecopar y la diputada “Lilita” Carrió tendrían mucho que ver con lo que está pasando puertas adentro del pensamiento  de la cúpula de Cambiemos, quienes ante el panorama electoral sombrío, están buscando refugio en el sector de la justicia, esperanzados de frenar con apuradas sentencias el avance de la ex presidenta Cristina Kirchner, que logró un primer golpe electoral con la publicación de su libro, al que no encuentran formas de frenar la estampida de su circulación y ventas.

Entonces, no es casualidad el obrar del juez federal Claudio Bonadio -a quien la presidenta, en uno de sus capítulos del libro, lo llama sicario- que enviara ayer un oficio a la Editorial Sudamericana para requerirle se le entregue una copia del contrato del best seller, sinceramente escrito por Cristina Fernández de Kirchner.

En el texto, el magistrado le advierte a la editorial que está dispuesta una inhibición general de bienes de la ex presidenta, por lo cual le ordena a Sudamericana no realizarle pagos por los derechos de autor. Todo indica que una vez que el juez tenga el contrato, ordenará el embargo de lo que CFK pueda cobrar.

El oficio de Bonadio a la editorial Sudamericana.

El Periodista de Página 12 Raúl Kollmann, en su nota advirtió que era obvio, tanto CFK como su abogado, Carlos Alberto Beraldi, tenían en claro que en Comodoro Py no se iban a quedar con los brazos cruzados ante el boom que significó el libro.

Sin embargo, la ex presidenta y su letrado estudiaron la situación y dispusieron que ella firme el contrato, tal como lo hacen todos los autores, aún dando por seguro que se dispondría la inhibición y el embargo de los derechos que Cristina pudiera recibir. Otra actitud podría llegar a ser considerada por los funcionarios judiciales como un simulacro y una forma de eludir una medida judicial.

El autor de esta nota, desde la bendita ciudad de Monte Quemado, se pregunta si tiene lógica que se embarguen fondos posteriores a los hechos que motivaron cualquiera de las causas judiciales. Es decir que son derechos en los que no hay ni la menor sospecha ni duda alguna sobre la legalidad de donde proviene ese dinero. Pero es Bonadio, según la propia autora del libro, el juez que obra de sicario del gobierno de Cambiemos, sector político que ha ingresado en la peligrosa etapa de la desesperación electoral y se encuentra en la lupa de las democracias del mundo. Todos opinan que podría ocurrir algo similar a lo sucedido con Lula en Brasil, pero también se escucha fuerte que de ocurrir, el pueblo argentino hará tronar el escarmiento.