Por Tony Villavicencio.- Está comprobado que todo lo actuado no responde al espíritu de Justicia, sino que se usa al Poder Judicial para provocar en la democracia argentina, un resultado político y lo hacen mediante el complot y el espionaje de una poderosa organización integrada por diputados, senadores de Cambiemos, periodistas, medios de comunicación, fiscales y jueces.

Hay sospechas de que las denuncias hacia Cristina Fernández de Kirchner son promovidas y plantadas por la inteligencia yanqui, complotada con la poderosa organización de espías paraestatales, que actúan y serian parte del Gobierno de Cambiemos. Hace tiempo lo alertó la inteligencia de Rusia y hoy lo investiga el Juez Federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, a quien el Gobierno de Cambiemos, sin el más mínimo pudor, pidió que se lo expulsara de la Justicia. No quieren que se investigue lo que de salir a la luz sería una virtual traición a la democracia y a la Patria.

No negamos desde este diario digital que la corrupción existió, pero que lo hacían en niveles infantiles. Me parece que nadie que tiene la capacidad de llegar a la presidencia de la Nación roba dejando rastros infantiles, como son alguno de los casos en los que se imputa a la expresidenta y a algunos de sus funcionarios.

Hay denuncias tan insulsas de pruebas y contenido infladas por los medios de comunicación adictos al poder, los que cumplen un papel importante en la ingeniería del desprestigio al servicio del complot, con periodistas, como es el caso del director de la sección Judiciales del diario Clarín (Daniel Santoro); jueces; fiscales; diputados; senadores y funcionarios, que ofician de espías y apretadores.

No existe administrador de Justicia que deje de opinar que cuando se fabrica una causa, lo más difícil es poder cerrarla. Hay legos que sostienen que el juez Bonadío no está logrando encontrar en el pesado expediente de los cuadernos, el camino para proceder y justificar la detención de la ex presidenta y la preocupación se invirtió después de la detención del falso abogado D’Alessio. Lo concreto es que la causa de los cuadernos “quema” al oficialismo gobernante y Bonadío ingresó al terreno de la desesperación. Fue tanto la impunidad en el manejo y administración de la causa, que los cargos se invirtieron y ahora, el juez Ramos Padilla lo imputa al juez y al fiscal de la causa de los cuadernos, quienes buscan refugio en el gobierno, para el que administra justicia, para evitar que se destape la olla y como se trata de desesperados por frenar lo inevitable, cometen la desvergonzada decisión de pedir la destitución del Poder Judicial, del juez que inició la investigación de sus aliados.

Si analizamos esto de causas fabricadas por Cambiemos y su influencia en la justicia, basta un sólo botón de muestra, las operaciones contra el funcionario más locuaz durante el periodo que gobernó el kirchnerismo, Aníbal Fernández. El ex jefe de Gabinete, durante su gestión, en 56 oportunidades denunciado por presuntos hechos de corrupción que no prosperaron  y se traspapelaron en los despachos.

La memorable causa del tráfico de la efedrina y el asesinato de los tres jóvenes de General Rodríguez, fue el último regalo de Cambiemos hacia el ex jefe de Gabinete del kirchnerismo.

No olvidemos que sacaron tres asesinos de la cárcel: Martín Lanatta, su hermano Christian y Víctor Schilacci, como si fueran las Carmelitas Descalzas y los pusieron frente de las cámaras y con un libreto arreglado, confesaron en el programa de Periodismo Para Todos, ante millones de televidentes, implicando al ex jefe de Gabinete del kirchnerismo y candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires de ser “La Morsa”, jefe del tráfico de la efedrina y autor intelectual de los asesinatos.

La maniobra se la realizó días previos a las elecciones y esa operación de prensa le costó a Fernández la gobernación de Buenos Aires, que lo daban en las encuestas de claro ganador ¿Quién votaría al autor intelectual de los crímenes de General Rodríguez?

Hoy, para la justicia quedó claro que fue una operación de prensa contra el candidato a gobernador y los mismos asesinos confesaron, en el juicio por la fuga, que se prestaron para la maniobra a cambio de dinero que les había prometido el periodista del Grupo Clarín, Jorge Lanata, quien les entregó el libreto de lo que hablaron ante las cámaras y que se fugaron por temor a que los mataran dentro del penal, por haberse prestado a la maniobra.

Resultó el menos molestado por la justicia

Lo cierto es que Aníbal Fernández, después de probar ante la justicia su inocencia, goza de plena libertad y sin dejar de alentar a su equipo favorito, Quilmes, espera cobrar uno de los juicios más millonarios de la historia argentina, entablado al Grupo Clarín, de quien se olvidaron cuando fue el más castigado por los medios de la prensa monopólica.

Se comprobó que fue una operación del Grupo Clarín, ejecutada por Canal 13, ideada por la Inteligencia de los Estados Unidos, en lo que fue una verdadera estafa televisiva del Grupo Clarín a la fe pública y a los electores de la provincia de Buenos Aires.

La operación de prensa resultó perfecta, el kirchnerismo perdió en el distrito de Buenos Aires, que a la vez decide en el país el resultado de las elecciones presidenciales. Quién puede dudar en Argentina que el Grupo Clarín es el pívot de la inteligencia de Estados Unidos y actualmente los más beneficiados con las pautas publicitarias millonarias del gobierno de Mauricio Macri.

Este mismo equipo de espionaje que es investigado por el juez y opera de la mano de la Casa Blanca, con el acompañamiento y la fuerza del Grupo Clarín y sus medios, se los sospecha es el que armó el cuento del chofer y de los cuadernos Gloria.

Lo más difícil de una causa fabricada es poder cerrarla, al caso no le pueden “poner el moño”, opinan jueces y experimentados probos. Como si fuere poco, los tiempos electorales se están agotando y el futuro del gobierno de Cambiemos, electoralmente, es incierto y que por estos días se está produciendo la estampida de traidores, que forman parte de la poderosa red al servicio del complot y el espionaje, los que han comenzado a desertar de la organización buscando refugio y perdón.

En las distintas estructuras del poder habría organizaciones estatales o paraestatales haciendo inteligencia interna, lo que es una amenaza al Estado de Derecho. Hoy, lo que habían alertado los servicios rusos es advertido por el Juez de Dolores, Ramos Padilla, quien habló de una “operación de acción psicológica” de ciertos sectores del poder para “inocular una forma de pensar a la sociedad a través de espionaje ilegal”.

Este miércoles, el juez Ramos Padilla visitó la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, invitado por el kirchnerista Leopoldo Moreau, y expuso durante casi 5 horas, en las que reprodujo audios de D’Alessio, leyó chats de WhatsApp del “espía” con Stornelli y Mario Montoto del Grupo Clarín y respondió las preguntas de los diputados de la oposición. Los legisladores de Cambiemos pegaron el faltazo, temerosos tal vez de convertirse en los nuevos imputados arrepentidos, acusados de complot y espionaje en perjuicio de la democracia y la Patria.