Por Tony Villavicencio.- La droga no sólo tiene cabida en las grandes ciudades, sino también lo denuncian intendentes de ciudades, comisionados municipales y docentes de poblaciones rurales, donde el consumo de sustancias prohibidas avanza y afecta a los distintos niveles de la sociedad santiagueña.

Esta realidad no escapa a los pueblos y ciudades del interior de la provincia. En Nueva Esperanza; El Mojón; Santo Domingo; Las Delicias; Monte Quemado; San José del Boquerón; Campo Gallo; Tintina; Quimilí, entre otras localidades, el flagelo avanza, se apodera y violenta a adolescentes y jóvenes.

Según los organismos de seguridad provinciales y nacionales, aumentó la oferta de drogas y esto implica que ya la Argentina dejó de ser un país de tránsito y pasó a ser un considerable centro de consumo, y Santiago del Estero no puede excluirse de la realidad social, por lo que al igual que otras provincias, la droga, a pesar del esfuerzo de las autoridades, marca su presencia con toda la trama de delitos, marginación y violencia que esto implica. Violencia que la sufrimos y la vemos en la tapa de los diarios de todos los días.

En las zonas más castigadas por la pobreza circula el narcomenudeo, ha comenzado a marcar su presencia la pasta base de cocaína, conocida como “paco”, está haciendo estragos entre los chicos y adolescentes, quienes quedan con gravísimas afecciones por el consumo de una sustancia enormemente dañina. Por su parte, entre los adolescentes pertenecientes a hogares de ingresos medios y altos, el consumo de marihuana y cocaína se ha generalizado.

Monte Quemado, en los últimos meses, la droga comenzó a correr por todos los barrios, en una lucha sin cuartel, con procedimientos importantes, pero no frenan la circulación de la droga en la ciudad, habiéndose detectado modalidades distintas, como es el obrar de los delivery, con entrega del estupefacientes a domicilio o lugares pactados. Recordemos que tres mujeres vinculadas al narcomenudeo local, arrimadas al poder político de turno, fueron detenidas y está claro que en esta ciudad, cabecera del departamento Copo, funciona una organización que continúa distribuyendo la droga mediante modalidades distintas. Hay quienes opinan que se establecieron zonas liberadas.

En Nueva Esperanza; Santo Domingo; El Mojón y San José del Boquerón, las instituciones y la familia no ocultan su preocupación y ayudan y coordinan a los padres que se organizan para también ellos hacer frenar el avance de la droga, denunciando al círculo de comercialización, donde es el “paco” y la marihuana la mercadería de mayor consumo entre los adolescentes y jóvenes del departamento Pellegrini, además, se dice que el minúsculo grupo de policías “ha vuelto a las andanzas” y nuevamente reina el desorden a la salida del boliche, regenteado por  los que deberían ofrecer seguridad.

El camino de la droga

La droga estaría ingresando a esta región de la provincia, por dos corredores: el de Tucumán, Nueva Esperanza, Santo Domingo y el otro desde Rosario de la Frontera (Salta), por Agua Amarga, El Mojón hacia Santo Domingo, por ruta 4 y caminos alternativos hacia Monte Quemado y la marihuana desde Paraguay ,Chaco, Charata, Sacháyoj, Campo Gallo y conexiones intermedias con enlace con la ruta 16, entre Pampa de los Guanacos y Monte Quemado, con paradas estratégicas (campos), en lo que sería un intercambio de la cocaína que viene desde Bolivia y de la marihuana que procede de Paraguay.   

Los lugareños tienen sospechas de quiénes estarían implicados y son parte de la organización, pero se hace difícil desentrañar. En esta contradicción, los especialistas consultados explican diciendo que “en realidad, al narcotráfico no le interesa la comercialización en poblaciones pequeñas, como lo es la de Santo Domingo, sino que el lugar geográficamente es estratégico para la distribución y si hay un número importante de adictos, sería mayor la posibilidad de mantener fuera de riesgo en ese lugar al corredor de distribución, por lo que la droga si bien es cierto no la regalan, pero sí la ponen al alcance y en corto tiempo logran un red de consumidores que pasan a convertirse en aliados de la organización”.

Se comenta —y hay fuertes indicios— que en Santo Domingo, a partir del angosto puente sobre el río Salado, la droga mediante “deliverys” montados en motocicletas de altas cilindradas, que circulan por caminos sin riesgo de control, es distribuida hacia los principales centros de comercialización y consumo de la región.

Según investigadores, la droga que estaría comercializándose, inclusive en la ciudad de El Quebrachal y Joaquín V. González, pertenecería a una misma organización, que operan desde Salta y Tucumán y utilizan el corredor Santo Domingo para hacer llegar la mercadería por dos vías. La de Tucumán, con los antecedentes de una policía corrompida, alcanzan a llegar con impunidad a Nueva Esperanza— Santo Domingo y la droga que ingresa a territorio provincial desde Salta, lo hace por Rosario de la Frontera, Agua Amarga y El Mojón hacia Santo Domingo. Es decir, Santo Domingo es donde convergen los dos corredores interprovinciales y desde ahí, por el sistema de delivery, la droga es distribuida por la abandonada Ruta Provincial Nº2, circulando por territorio del departamento Copo y sin riesgo de control, volver por Cruz Bajada a territorio salteño, ingresando con la droga a la ciudad de El Quebrachal y Joaquín V. González, ciudad de casi 150.000 habitantes.

En idéntica modalidad, desde Santo Domingo, los delivery, en sus potentes motovehículos, transitan por la desértica Ruta Provincial Nº4 y sin riesgo de controles, llegan con la tóxica mercadería a Monte Quemado, donde al igual que en la ciudad de Nueva Esperanza, los vecinos aseguran y denuncian que hay lugares donde los jóvenes y adolescentes se reúnen a la espera de los estupefacientes, que cuando llega, por lo general los viernes o sábados, se convierten en libres fumatas, respirándose en algunos barrios el nocivo e inconfundible olor de la marihuana y se comenta que el “paco”, ya se estaría distribuyendo entre los adolescentes y jóvenes de menores recursos.

Cuentan padres de jóvenes y adolescentes consumidores, que los delivery encargados de la distribución de la droga, se conducen en motovehículos de potentes cilindrada, y que en muchas oportunidades han sido vistos cargando en la parrilla de las motos, una motosierra, herramienta de uso frecuente en la zona y de esa manera disimulan su ilícita actividad, recorriendo los caminos de inhóspitos montes, confundiendo y haciéndose pasar por trabajadores forestales, cuando en realidad cargan en sus pesadas mochilas la mercadería de la muerte.

Estadísticas oficiales muestran esta triste realidad en todo el país

Por datos suministrados desde la Secretaría de Prevención de las Adicciones y la Lucha contra el Narcotráfico, el consumo de cocaína entre escolares, en la Argentina creció un 450% desde el 2015 al 2019. Entre los adolescentes también subió el consumo de bebidas alcohólicas y, desde el año 2005, se triplicó la tasa de suicidios, y en Santiago del Estero, Monte Quemado tiene en un año el promedio más alto de suicidios, aunque no todos, sin embargo, la mayoría de las trágicas decisiones habrían tenido directa o indirecta relación con el consumo de estupefacientes. Según informaron organismos que aún se encuentran trabajando con los jóvenes de esta ciudad y con éxito, ya que estos casos, durante el 2018 y en lo que va del 2019, han disminuido, con relación al promedio anual alarmante en años pasados.

En el submundo de las drogas, la violencia y el delito se entremezclan con riesgos  de contagio y de enfermedades. Las drogas, en un sentido fuertemente autodestructivo, también revelan la dimensión de la crisis que viven muchos jóvenes ante las fuerzas y formas que dominan el mundo contemporáneo. Hay drogas en los barrios de familias pudientes y también en los asentamientos más pobres, hay acceso a las drogas en los pueblitos rurales y más todavía entre los estudiantes. Hay accidentes y delitos por drogas; hay drogas en 4 de cada 10 accidentes, en el 75% de las acciones violentas y en el 35% de las detenciones policiales; hay entonces, un fuerte peligro de que se naturalice la presencia de las drogas en nuestra sociedad. Ante esto, los desafíos son grandes es necesario tanto un combate más efectivo contra el narcotráfico como más programas para la recuperación de los jóvenes adictos  y una efectiva campaña de  prevención para alejar de la tentaciones, a  los que no lo son.

En Nueva Esperanza, por estos días hay preocupación, se vuelve a ver el fin de semana el resultado del funcionamiento del boliche, donde se consume cerveza, licores, tragos largos y algo más. Todos en el pueblo saben, pero prima el adagio popular que “no hay mejor que un policía, para otro policía” y todo queda entre ellos, inclusive la muerte, no esclarecida de un periodista y locutor, al que el pueblo lo llora en silencio.

Pequeñas acciones que pueden ayudar a trabajar con los jóvenes

¿Quiénes son los niños y jóvenes que usan drogas? La simple respuesta puede ser: cualquiera. Todos los niños están ante la tentación de usar drogas, no importa su condición social, la escuela que frecuentan, o lo muy inteligentes que puedan ser.

No existe una explicación obvia para ello. Lo que importa es que usted puede ayudar para que sus hijos no se inicien en el uso de las drogas.

¿Cómo puede ayudar a sus hijos?

Usted puede hacer la diferencia en la conducta de sus hijos, aunque sea a veces difícil de creer. Existen muchos medios por los que usted puede influir en sus hijos para que no intenten el camino de las drogas.

Nadie es un padre perfecto, y no todas las ideas que queremos compartir son fáciles de poner en la práctica, pero todas juntas podrán ser de gran utilidad.

  • No pierda el diálogo

Cada uno necesita que se le escuche y escuchar a las demás personas. Es una necesidad humana básica, especialmente entre padres e hijos.

Si por alguna razón este diálogo se ha perdido, los problemas y los malentendidos podrán surgir en cada rincón, además de quedarse abandonado en cualquier lugar olvidado de sus hijos.

Esto les deja a ellos en libertad para poder comunicarse con otro tipo de personas, que les podrán decir cualquier cosa y de muy diversos modos. Por lo tanto, no pierda el diálogo con sus hijos.

  • Escuchar

El saber escuchar es el aspecto más importante de una buena comunicación, pero no es tan fácil como el decirlo. El saber escuchar implica:

  • Demostrar que se pone atención.
  • Tratar de entender lo que sus hijos intentan decir.
  • Tomarse un tiempo para entender los puntos de vista de sus hijos, así como sus sentimientos, sin tener que pelear contra ellos.
  • No imponer los puntos de vista propios, no insistir en ellos ni ser testarudo. Es mejor escuchar a sus hijos.

Importantes consejos a tener en cuenta

El peligro del consumo de la droga, avanza. No sólo es un flagelo de las sociedades modernas que habitan las grandes ciudades, sino también sorprende a la familia humilde de poblaciones rurales, con padres en casos de escasa instrucción, donde es necesario instruir y capacitar a los padres de cómo prevenir y actuar ante el flagelo de la drogadicción.

Desde El Municipal Web tenemos la intención de contribuir a instruir a padres acerca de cómo actuar para prevenir la drogadicción y/o detectar en sus hijos el consumo la droga.

¿Por qué usan drogas los jóvenes y los niños?

Si puede entender algunas de las siguientes razones del porqué un niño o joven puede caer en el uso de las drogas, será mucho más fácil poder hablar a sus hijos acerca del problema.

Cuando se pregunta a los niños o adolescentes que han usado drogas ¿por qué lo hacen?, nos responden:

  • Como forma de rebelión hacia la gente.
  • Para sentir que se pertenece a un grupo, pandilla o club.
  • Porque les gustan los riesgos.
  • Porque les parece divertido.
  • Porque está de moda.
  • Por ser parte de la diversión en las fiestas.
  • Porque te hace sentir mayor.
  • Como escape de las presiones de la vida moderna.
  • Por sentirse aburridos.
  • Porque una vez “dentro”, es muy difícil salirse.

Algunas de las razones expuestas antes nos podrán parecer ridículas a algunos de nosotros, pero son muy reales para los niños y jóvenes que están viviendo la problemática de las drogas. Cuando se es joven, no existe el mañana, se vive en el presente. Usted puede ayudar a sus hijos a descubrir que las drogas pueden ser peligrosas para su salud en el futuro.