Los días donde hablar de política, de candidaturas a presidente y vicepresidente, tienen menos rating que un programa de cocina, se deja entrever un  desinterés peligroso hacia lo que representa la democracia.

Pero existe un fin más que claro de la burguesía que manipula la información, tanto de la oposición como  del oficialismo. Y tiene que ver con el ocultamiento real de una crisis de poder ante una economía que se balancea sobre la cuerda floja del mercado financiero internacional, por un lado una moneda de referencia, como el dólar, que traslada su devaluación a los países que va saqueando a través de sistemas de endeudamientos ligados a la Reserva Federal, al FMI, el Club de París, etc.

En éste caso los canjes o refinanciación de deudas implican  programas de ajustes cada vez más salvajes contra los pueblos. Por otro lado el plan del capitalismo con sus continuos intentos de reformas de derechos adquiridos por la sociedad en más de un siglo, pretendiendo ser liquidados para asegurar una rentabilidad creciente a los multimillonarios del mundo, siendo éstos últimos el 1% de la población mundial.

Desde Ushuaia a La Quiaca los sueldos de cualquier trabajador/a, que trabaje 8hs diarias es prácticamente insuficiente, más grave aún, en mucho de los casos, ni al  unificar los ingresos de un núcleo familiar es posible alcanzar el costo de la Canasta Básica Total ($217.915,19 según el INDEC 21/06/2023), de éste modo la concentración de horas de trabajo en una familia supera ampliamente a las horas de trabajo aplicadas durante el período esclavista de las colonias, promoviendo un nuevo sistema de empleo por destajo, que profundiza gravemente el modelo capitalista al poner a competir a la labor humana con máquinas cada vez más sofisticadas y operadas mediante IA(Inteligencia Artificial), algo que parecía una ficción de depredación se vuelve cada vez una realidad más latente.

Los sectores productivos sistematizados a tal extremo que en vez de mejorar la calidad de vida humana (reduciendo el esfuerzo físico), utilizan la tecnología con un fin más orientado a la eficiencia y reducción de costos para maximizar ganancias. De este modo nos vamos aproximando a una nueva revolución “tecnológica productiva” donde las leyes creadas para proteger el trabajo y la dignidad humana se van adaptando a las nuevas exigencias del mercado, tal es el caso que la sobreexplotación ya no responde solamente a las excesivas horas de trabajo concentradas en un núcleo familiar, sino además a los años laborales extendidos para gozar de un derecho previsional.

Los intentos recurrentes orquestado desde el mismísimo Estado para avanzar en una idea de reformas laborales respondiendo cada vez más al Establishment, son parte de esas señales encubiertas como guiños de ojo en un giro próximo a la derecha neoliberal, que para la década próxima, sino se revierte el hecho con las herramientas de la democracia (con verdadera intervención popular) nos estaremos aproximando a un colapso histórico de profundas secuelas. Y el resultado del plan económico entrará en un desbalance con enormes contradicciones, donde el flujo de dinero solamente podrá revertirse si la capacidad productiva de un país es enteramente puesta en función de las necesidades reales de la población, recuperando el poder adquisitivo y/o un nivel de vida digno.

NN…