Por Tony Villavicencio | La municipalidad convocó a las instituciones civiles de la ciudad a una reunión de la que participó, en representación del Ministerio de Salud, la Dra. Graciela Alsogaray.

En la misma quedó conformado lo que se bautizó con el nombre Mesa de Salud de Monte Quemado.

A través de una F.M local oficialista, El Municipal Web fue duramente cuestionado por no haber realizado la cobertura  a esa reunión, cuando en realidad no fuimos informados ni invitados por la municipalidad. 

Es cierto, en la reunión convocada por la Municipalidad para deliberar sobre la atención de la salud publica en el hospital regional de Monte Quemado, no hubo o no quisieron  los organizadores la presencia de  medios independientes. Todo se encerró en el salón del Centro Cultural, salvo la  escueta e interesada crónica en una desapercibida página del municipio.

Ya que en nombre de la pauta publicitaria aludieron a nuestro diario, no dieron el derecho de advertirles que debieran preocuparse y hacer notar a las autoridades del gobierno de la  provincia, que Monte Quemado se encuentra inmerso en  profunda crisis, sanitaria, económica, social  y también de valores.

Empero, a pesar de las críticas y negación estuvimos siempre atentos al funcionamiento del hospital y no nos callaron. Siempre denunciamos la precariedad de un sistema sanitario que demanda elevar su complejidad, porque de continuar con las graves deficiencias en el sistema sanitario local, coloca en situación de alto riesgo la salud de los copeños. 

Hospital sin atención de emergencias

Hay que reconocer, tenemos una infraestructura hospitalaria faraónica, en el departamento somos 68.000 habitantes  y no hay un servicio de emergencia. No  hay recursos humanos, faltan especialidades, aparatología remedios y en casos por estos días la intervención sumida en el desorden  y la desconfianza. 

Nunca nada volverá a ser lo mismo. En el hospital de Monte Quemado teníamos  un médico cirujano, un anestesista y con ellos en la urgencia teníamos todo para salvar una vida. Hoy, sanitariamente estamos peor, el nosocomio es una guitarra sin cuerdas. Para  salvar una vida hay que recorrer 400 kilómetros para recién intentar en la urgencia asistir al paciente de una ciudad donde circulan a diario por sus calles, más de 10.000 moto vehículos y los accidentes, como en todo el país, están al orden del día.

No podemos vivir en una ciudad que se auto destruye inconsciente de sus derechos y sus propios límites, escuchando a una locutora radial que, por defender la pauta publicitaria del gobierno, niega las necesidades y el sufrimiento del pueblo.

Pareciera que la esperanza del cambio se diluyó. El gobierno municipal lo que mejor hace es organizar partiditos de fútbol.

Vienen y van

Cuántas veces vinieron autoridades del Ministerio de Salud y siempre los que reclaman son los mismos, y desde el gobierno  provincial con la complicidad del poder político local,  otra vez con las promesas corriendo detrás del engaño. Con un interventor a distancia que otorga poderes extraordinarios a una joven empleada administrativa, quien es la que mide aceptando o negando las urgencias de las derivaciones ordenadas por el  médico, bajo  pretexto de ahorrar el combustible de las ambulancias, y en lo que sería un perfecto negocio  de un sistema de salud  precario.    

En Monte Quemado tenemos el convencimiento de que la política  pone en evidencia el fracaso de la Democracia, y que siempre estuvo dirigida al lucro sobre la explotación de la mayoría, donde las desigualdades profundas de los niveles sociales también marcaron  presencia en los servicios de las instituciones del Estado.    

Ya nos pasó

Vivimos en una ciudad superficial, donde desde la política se practica el materialismo y se disfraza la solidaridad. Donde una joven se muere por una simple y curable apendicitis. Cuando en el parto se nos muere una madre  y su hijo porque no hay medios  para una simple cesárea. Cuando una parturienta muere por una hemorragia y no tenemos un banco de sangre. Cuando sin la presencia del médico de guardia, una enfermera inyecta a una paciente alérgica la penicilina y se  muere sentada en la banqueta de la guardia. Todo eso ya  pasó. 

Todos estos casos ocurrieron estos últimos meses. Las víctimas, todas personas de familias humildes, a las que si no mencionamos es por evitar revivir el dolor y la impotencia a sus familiares.