“Nos duele Marito Salto” fue el mensaje de los sacerdotes de la diócesis de Añatuya que se encontraba reunidos con el obispo Monseñor José Meliton Chávez en la misa crismal sobre el caso del pequeño asesinado.

En su mensaje, desde la diócesis añatuyense expresaron que “como clero diocesano, en esta semana de pasión de nuestro Señor Jesucristo, junto a nuestro obispo lloramos con los que lloran (RM. 12:15) y actualmente seguimos derramando lágrimas con el pueblo por aquel secuestro del 31 de mayo del 2016 y posterior abuso, tortura, desmembramiento y muerte causada a Marito Salto, de 11 años, en la ciudad de Quimilí”.

Siguiendo esta línea, expresaron su cercanía “con los familiares de Marito” y manifestaron que continúan implorando para que llegue la luz, la verdad y la justicia que tanto tiempo venimos esperando”.

“En estos tiempos en que proclamamos sagrada toda vida, sobre todo la de los indefensos, queremos defender la vida, la dignidad y la justicia, por eso pedimos más compromiso de la justicia, más compromiso con la verdad, que es la que nos hace verdaderamente libres, señalaron.

Asimismo dijeron que, “como pueblo no podemos permitir ningún tipo de violencia, menos aún cuando se trata de niños, por eso exigimos al Estado que garantice el derecho de los niños a jugar, a caminar, a estudiar, sin que nadie les haga daño.

Sobre Marito

“Creemos que Marito Agustín Salto ha sido sacrificado en un ritual satánico, pero más allá de esto, cualquiera sea la forma, es gravísimo lo que hicieron con él”, manifestaron desde la diócesis, agregando que debemos rezar para que el mal no avance, pero también debemos exigir que la justicia actúe con más firmeza, con más diligencia, con más fuerza; que no reine la impunidad, que la verdad salga a la luz”.

“Imploramos para que los culpables reconozcan el mal que hicieron, pidan perdón a Dios y a las personas que dañaron, y que la justicia pueda avanzar con libertad para llegar a todos los verdaderos culpables del crimen de Marito, sabiendo que la injusticia y la impunidad hace que la muerte de Marito resulte más dolorosa.

¡¡VALE TODA VIDA!!, concluía el mensaje.