Desde la organización “El Refugio” de Colonia Benítez, resaltan los be­neficios de las meliponas, que no representan ningún riesgo para las personas y advierten que por efecto de la tala indiscriminada de los montes en Chaco, Santiago del Estero y Salta.

El informe dice que las abejas sin aguijón o meliponas, son un grupo de insectos sociales que habitan áreas tropicales y subtropicales de todo el mundo. En la actualidad, están desapareciendo como consecuencia de la destrucción de los bosques nativos, relacionada con la expansión de campos para agricultura y ganadería. Y, por otro lado, sufren el daño producido por personas que no poseen conocimientos sobre este tipo de abejas y que las eliminan usando insecticidas.

Desde la organización El Refugio, de Colonia Benítez, subrayan que las meliponas “no generan ningún tipo de peligro hacia el ser humano”, y advierten que hay personas que, por el afán de obtener la miel, “destruyen colonias enteras”. “Queremos informar a la sociedad sobre este tipo de abejas sin aguijón, para que sepan identificarlas y conocer sobre sus beneficios, pero sobre todo que no representan ningún riesgo para las personas”, indicaron a Norte.

El Refugio es un lugar donde se cuida a las abejas rescatadas en la ciudad. “Las rescatamos y las colocamos en el campito. Con el tiempo, cuando la colmena es óptima y su reina es fuerte en postura (poniendo crías), las llevamos al campo, lejos de la ciudad, donde luego de un año obtenemos miel orgánica. No tenemos ningún tipo de subsidios, hacemos todo a pulmón”, comentaron. A diferencia de la abeja común, originaria del viejo mundo (África, Europa y parte de Asia), las meliponas son nativas del continente americano, donde se han identificado más de 400 especies.

En Argentina, la mayor diversidad de especies se encuentra en las selvas húmedas de la provincia de Misiones, en menor medida en Corrientes y Entre Ríos, en las provincias con bosque xerófilo como Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe y en otras provincias como Tucumán, Salta y Jujuy con selva subtropical de montaña. Algunas de las especies producen una miel de alta calidad, que es utilizada por los pobladores rurales como complemento de la dieta y para uso medicinal.

Además, las abejas sin aguijón actúan como polinizadores para las flores de numerosas especies, tanto en los bosques nativos como en los campos de agricultura. Dentro de la gran diversidad de abejas que existen, las abejas sin aguijón o meliponas se diferencian de todas las demás porque no pican.

¿Dónde localizarlas?

Dentro de la gran diversidad de abejas meliponas que existen en el norte argentino, la más común (entre otras) en nuestra zona (Chaco) es la tetragonisca fiebrigi, también llamada yateí o rubita. Es pequeña, esbelta, de color claro y su nido tiene una pequeña entrada de cera en forma circular. Los nidos de estas abejas generalmente se localizan en árboles vivos o troncos, ya sea en las matas de monte o cerca de las viviendas. Incluso pueden hacer sus nidos en los muros de nuestras casas.

Desde El Refugio, enfatizaron un aspecto relevante: “No deben extraerse indiscriminadamente nidos de su medio natural. Sólo deben trasladarse aquellos que estén en riesgo de perderse, ubicados en árboles muertos próximos a caerse o cuya madera se esté pudriendo. No deben extraerse los nidos que se encuentran en árboles vivos. De trasladar el nido, se lo debe hacer durante la noche, después de que todas las obreras hayan entrado al nido. Se tapa la entrada con una malla metálica o una tela. Y en lo posible deben evitarse los movimientos bruscos o golpes, para no perturbar la colonia y la pérdida de cría joven”.

Comportamiento defensivo

Aunque las abejas sin aguijón no pican y muchas son mansas, tienen otras estrategias defensivas para evitar el ataque de posibles predadores, como por ejemplo, el cortar las alas de otros insectos. Los nidos son cubiertos, generalmente resguardados en cavidades y rodeados por batumen.

La entrada al nido es estrecha y larga, en algunas especies las cubren con resinas o semillas repelentes, para evitar el acceso de intrusos. La longitud de la entrada es una medida de cuán fuerte es la colonia y constituye un mecanismo de defensa muy importante.

Permanentemente hay guardianas vigilando las entradas de los nidos. Cuando se sienten atacadas, reaccionan de forma masiva, ya sea escondiéndose en el nido o saliendo a enfrentar al agresor.

Cría racional: la meliponicultura

¿Qué abejas criar?

-Abejas propias de la región: como por ejemplo, rubita o yateí (tetragonisca fiebrigi). Son abejas comunes y se adaptan fácilmente a las pautas de manejo. Es una abeja limpia, fácil de criar y produce una miel que, aunque poca, es de excelente calidad.

-Abejas con buenos hábitos: debemos evitar aquellas especies que recolectan heces y otros materiales para llevar al nido, como el negrillo (partamona sp., trigona sp.) y otras como la abeja limón o cayasán (lestrimelitta sp.) que no visita flores y roba en los nidos de otras abejas.

¿Por qué criar abejas sin aguijón?

-Porque son parte esencial de los bosques y contribuyen a la reproducción de las plantas cultivadas y silvestres.

-Porque son nativas del continente americano.

-Porque producen una excelente miel.

-Porque son domesticables y no son peligrosas.

-Porque la tala de bosques y el aprovechamiento incorrecto de este grupo de abejas han llevado a una disminución de especies y poblaciones.

Meliponicultura en Argentina

En Argentina, la meliponicultura no tiene el mismo desarrollo que en otros países de Centro y Sur América, a pesar de contar con numerosas especies nativas de abejas sin aguijón y con excelentes cualidades productivas. Los emprendimientos existentes se enfocan en el estudio de especies con aptitud productiva, su taxonomía, la interacción de las mismas con el ambiente en el que habitan y la tipificación de las mieles que producen.

La metodología que se utiliza para la cría y manejo es una adaptación de la desarrollada en otros países. En Argentina, las abejas sin aguijón se distribuyen en tres eco-regiones: las selvas paranaenses, Chaco (Húmedo y Seco) y las selvas subtropicales de montañas o yungas. Debido a las diferencias ambientales de estas tres eco-regiones, la adaptación de las técnicas para el desarrollo de la meliponicultura en las mismas, debe tener en cuenta las características propias de cada sitio.

En estas regiones de la Argentina existen grupos de trabajo dedicados a la cría de abejas nativas para producir su miel, como el caso de la miel de rubita o yateí (tetragonisca fiebrigi). Argentina posee un gran potencial para la cría de meliponas, ya que en nuestro país habitan varias especies de abejas sin aguijón con excelentes cualidades productivas.

Sin embargo, el factor que limita el desarrollo de la meliponicultura es la ausencia de productores capacitados en el manejo y domesticación de las abejas sin aguijón. De esta forma, la estrategia para el desarrollo de la actividad en Argentina debe tener como principal componente la capacitación de productores interesados, que dará como resultado el aumento del número de cultivos de meliponas.