Deidamia Díaz tuvo el honor y el privilegio de vivir nada menos que 112 años, toda una vida de penas y alegrías. Supo ganarse el cariño de sus vecinos y el amor incondicional de su familia.

La longeva mujer fue encotrada por quien hoy es el director de El Municipal Web, Hugo Antonio “Tony” Villavicencio, quien en su momento se desempeñaba como corresponsal en Nuevo Diario.

Hace un par de meses, en mayo precisamente, contó cómo fue que encontró a Deidamia. “Hubo una inundación muy grande en Pellegrini en aquel momento, por las crecidas del río Salado. Fui con mi camioneta por Babilonia y por parajes vecinos y la encontré. Estaba sentadita en su catre de tientos. Me sorprendí cuando me dijo su edad”, contaba en su momento quien es hoy el director de este medio digital.

Deidamia fue una mujer dulce, llena de amor para con su prójimo. Conocía a “Tony” bajo el pseudónimo de “El Gacetero”, sobrenombre con el que ella lo bautizó, haciendo referencia a un conocido periódico de la zona que ya dejó de existir.

Ni “El Gacetero”, ni sus familiares esperaban que éste fuera el último, todos queríamos varios años más, pero esa es la vida del ser humano. “Del polvo eres y al polvo volverás”. Pese a que físicamente dejó de existir, Deidamia vivirá por siempre en los corazones de todos los habitantes del pueblo de Babilonia, incluyendo también al comisionado Lázaro Orellana; estará presente en la memoria de “El Gacetero”, como así también de la redacción de este diario digital.

A modo de homenaje, decidimos publicar la nota de Nuevo Diario de aquel día, donde Deidamia fue encontrada por “Tony”, mientras hacía un relevamiento de la zona en Babilonia tras las inundaciones provocadas por las crecidas del Salado.

(Nota: las fotos expuestas son de aquella entrevista, realizada en mayo del 2012).

Nuevo Diario, desde el interior, en su vigésimo segundo aniversario, fue la herramienta que sirvió para reivindicar derechos, trasladando logros y necesidades, de todos los sectores de la sociedad del interior profundo, profundizando nuestra labor, en los más desposeídos, a quienes en el ejercicio de un periodismo solidario y comprometido, con una crítica inspirada en el amor, siempre han encontrado un espacio para hacer público el sufrimiento  de los santiagueños, a quienes hoy el gobierno asiste mediante las políticas sociales implementadas.

En nuestro norte santiagueño, muchas historias de vida se esconden. Algunas alteran la monotonía del viaje y sublevan el espíritu sereno de los viajeros, cuando comprueban con los ojos, lo que niegan ver con la conciencia.

Pero es justo aclarar. No es culpa de un gobierno, que enterado de la existencia de un desposeído y de una necesidad, sin demora acude y los asiste, mediante el Ministerio de Desarrollo Social, sino que en el interior profundo, donde muchas veces las distancias y el aislamiento en el que se desenvuelven, todavía muchas familias, las que sobreviven dentro de una geografía de montes y silencios, no es fácil que se conozcan sus necesidades y conocedores de esa realidad geopolítica, social y cultural es donde Nuevo Diario llega y ejerce el periodismo.

Podemos enumerar cientos de notas, contando las historias de vida publicadas por este medio, que sirvieron y ayudaron a mejorar o cambiar la realidad a muchas personas y familias que estuvieron pasando momentos difíciles y necesitando ayuda. Ayudar fue siempre el norte en el ejercicio de la noble profesión, la solidaridad, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de nuestra gente, contando historias de vida, las más recientes, como la de “Nano”, un joven que padecía retraso madurativo y lo encontramos durmiendo con los chanchos, hoy está cuidado, fue pensionado y recibe un tratamiento médico. O el de José Jiménez, un anciano que vivía en la indigencia, en los montes del Parque Provincial Copo, al que también el gobierno asistió, pensionó y su vida cambió.

El caso más reciente es el de la abuela Deidamia Díaz, la anciana de 106 años del paraje Babilonia, en el departamento Pellegrini, la que nació y vivió en una choza y hoy el gobierno de Claudia Zamora mandó a construirle una vivienda social, a la que en estos días, con la presencia de las máximas autoridades del gobierno, van hacer entrega a la longeva mujer, que sobrevive en ese aislado lugar, donde Nuevo Diario llegó y conoció su historia y necesidad, que a partir de la publicación, por obra de un gobierno comprometido con los sectores más pobres, habitará en una vivienda digna.