Un precario alambre que sostenía el rumbo del bote para que la corriente no lo arrastrara cedió, y de esa forma el río Dulce, en el departamento Salavina, se llevó la vida de una mujer y dos adolescentes, a las que el Grupo Especial de Rescate (GER) de la Policía de la provincia no lograron salvar.

Los socorristas, lograron rescatar uno de los cuerpos de las aguas del embravecido río en cercanías de los límites de los departamentos Salavina y Atamisqui

Las víctimas en la oportunidad fueron una mujer de 34 años, quien desapareció junto a su hija de 12 y una sobrina de 15, en el transcurso de la jornada de ayer luego de que fueran arrastradas por la corriente a la altura de Barrancas Colorada.

Una fuente cercana al caso informó a El Municipal Web que el accidente ocurrió “aproximadamente a las 17”, y que las víctimas fueron identificadas como Romina González, de 34 años; su hija, Sandra Dahiana González, de 12 y Malvina González, de 15 años, prima de ésta última.

De acuerdo con la investigación que recayó en personal policial de Salavina y la fiscal Mariana Baena, las víctimas, por distintas razones, a diario utilizaban un precario sistema para poder cruzar el río por ese lugar, donde son reiterados los proyectos que se habían presentado para que allí se construyera un puente que dignificara y cuidara la vida de los habitantes, sin que la obra se haya concretado.

“Maroma”

En ese lugar, desde hace ya varios años, para poder pasar de un lado al otro del río, y no exponerse a la fuerte correntada, la gente se sujetaba de una especie de “maroma”, que es nada más que un alambre grueso, atado de orilla a orilla que habitualmente utilizan los pobladores del lugar para pasar con los botes, o a nado, y evitar ser arrastrados por la correntada.

El alambre que sustituyó al puente que muchas veces rogaron se lo construya, se cortó dejando expuesto a la fuerza de la correntada al bote que se dio vuelta y los cuerpos de las tres infortunadas mujeres fueron arrastrados. El río las “tragó” y no volvieron a salir a la superficie hasta que una de ellas fuera encontrada por los efectivos del GER, según informaron a El Municipal Web los indignados vecinos, mediante una comunicación telefónica mantenida con este medio.

Martín Orellana, de 30 años, habría sido testigo clave del trágico desenlace. El muchacho intentó auxiliarlas, pero no tuvo éxito.

En el trágico hecho intervino –además del GER– personal policial de la Comisaría Seccional 20 de Atamisqui, efectivos del Destacamento de Villa Salavina y vecinos del lugar.