No hay una pista ni persona alguna detenida por la flagelación y el asesinato del niño Dieguito Román, en un caso que tiene características similares a lo ocurrido en la ciudad de Quimilí con el niño Marito Salto.

"El niño Dieguito tenía múltiples lesiones en toda la zona corporal y eso está totalmente documentado. Hay zonas mutiladas del cuerpo y no tengo registrado de un caso así", contó el médico forense que tuvo a su carga la autopsia del cadáver del niño asesinado en la localidad de Recreo provincia de Santa Fe.

El especialista confirmó que Diego Román podría haber sido asesinado “de 24 a 36 horas” antes de la realización de la autopsia. “Sería la noche del jueves a noche del miércoles”, precisó, para luego finalizar con otro detalle importante: “No encontramos lesiones por defensa en la palma de la mano”.

De momento no se pudo constatar la cantidad de lesiones, o al menos ese punto no fue informado oficialmente. Una primera versión indicaba 30 puñaladas. Luego su padre dijo que fueron 15. Respecto a la investigación, hasta el momento la causa no cuenta imputados, a pesar de que el lunes se realizaron varios allanamientos en diferentes espacios y viviendas de la localidad de Recreo.

Los culpables tienen que pagar lo que hicieron a mi Dieguito. Que el padre pague, es culpable tanto el como la madrastra", dijo María tras el hallazgo de su hijo de 12 años. La línea del conflicto familiar también es investigada por la fiscal, precisa Clarín.

María contó que se separó del padre de Diego hace cuatro años y ambos formaron pareja por su lado. Durante ese tiempo mantuvo contacto con sus hijos hasta que, según describió, desde hace cinco meses ese vínculo se cortó. Es el mismo tiempo que lleva su ex marido con su nueva mujer.

En un contexto de violencia de todo tipo, la separación de los padres de Diego Román marcó un quiebre en la familia. Cuando se divorciaron, el marido de María se llevó a los cuatro hijos a vivir con él y su nueva mujer. "Él me incomunicó totalmente, siempre me amenazó con que no me acercara. Cada vez que venía a Recreo yo iba a la canchita del barrio, ahí veía a Diego, él se acercaba a mí pero no me hablaba. Tenía miedo de la reacción de su padre que los tenía amenazados”, agregó la mujer.

"La policía duda de nosotros, pero cómo le voy a hacer eso a mi hijo". Así, casi en voz baja y con un hablar pausado, se defendió Julio Román, el padre del chiquito asesinado.