Entre inadmisible y burlesco. El aumento del 48% que el presidente Milei se autoconcedió es un nuevo zarpazo del libertario que esta vez dejó perplejo a todo el mundo a los aliados y a los opositores.

Mejor dicho dejó perplejo a casi todo el mundo, porque la excepción es todo el arco jerárquico del Ejecutivo nacional que ya cobraron sus salarios con ese incremento.

El resto de los mortales nos enteramos ayer que el Presidente se subió el sueldo y que les subió también a todos los miembros del Gabinete. Inadmisible.

Porque lo descubrieron tuvo que salir a dar marcha atrás arguyendo que la culpa la tenían los anteriores gobernantes porque había una "suba automática". Una burla.

Esto sucede cuando en todo el país se vive una situación de angustia que golpea directamente los bolsillos de la población. Porque al incesante aumento de los precios de la canasta alimentaria, de los medicamentos, del combustible, la medicina prepaga y de la escolaridad, las decisiones adoptadas por el primer mandatario nacional crean nuevas subas en rubros esenciales para los argentinos.

Es el caso de la quita de subsidios y fondos compensadores a las provincias. Esos recortes adoptados con una especie de crueldad, han hecho subir el precio del boleto, han incrementado las boletas de la luz, el gas y el agua. Cuando los usuarios se preguntan ¿cuál es el origen de estos incrementos? La respuesta es: la lapicera del presidente Milei. Fue él quien firmó el corte de los subsidios destinados a compensar los gastos de transporte y de los servicios públicos en su totalidad.

Es esa misma lapicera la que firmó a finales de febrero una suba de sueldos para él y su gabinete de libertarios. ¿Cómo se explica esto en medio del empobrecimiento de la gente, del recorte a las provincias y su decisión de incrementar las tarifas de los servicios?

Muchos analistas trataron de responder esta pregunta. "O le importa poco o no ve lo que firma", coincidían.

No le importó cuando dentro de las políticas nacionales de drástica reducción de los subsidios estatales a los servicios públicos, firmó los nuevos precios estacionales de la electricidad que regirán el período febrero-abril 2024. La Subsecretaría de Energía Eléctrica sancionó la Resolución Nº 07/2024 que aprobó la Reprogramación Estacional de Verano - para el período comprendido entre el 01 de febrero al 30 de abril - y fijó los nuevos precios de la electricidad a nivel nacional para dicho período.

En esa disposición, la Subsecretaría de Energía Eléctrica modificó los valores de los Precios Estacionales de la Electricidad a ser transferidos a los cuadros tarifarios de los usuarios y afectó principalmente los precios de la energía y potencia de usuarios.

Por ello el precio de la potencia pasó de 80.000 a 2.682.088. Es un aumento sin precedentes. Es un incremento del 3.253%. El precio de la energía pasó en promedio de 20.400 a 46.000 con un incremento del orden del 125%.

Conjuntamente con esto, el ENRE autorizó ajustes del Valor Agregado de la Distribución para las empresas Edenor y Edesur y, como se sabe los aumentos que afectan a estas empresas, también repercuten en Santiago del Estero.

La decisión del presidente Javier Milei está haciendo entonces que, la conjunción de ambos ajustes represente un incremento promedio del orden del 225%, con un tope de hasta 320% en las boletas.

¿Y esa plata para dónde va? Gran parte de la quita de subsidios que está impactando duramente en los montos de las facturas eléctricas, va dirigida a las arcas de la empresa estatal Cammesa, que actualmente se encuentra en un profundo déficit fundamentalmente porque las grandes distribuidoras del país Edenor y Edesur no le pagan lo que corresponde por la utilización de la energía que distribuyen.

Se genera así un nuevo golpe al federalismo puesto que las empresas del interior, cumplidoras con sus pagos como la local Edese, pagan las consecuencias del centralismo porteño.

Por su parte, las tarifas del gas por la quita de subsidios aumentan en el orden del 500%. Según datos del propio Ministerio de Economía de la Nación analizados por el diario El Cronista Comercial, "entre febrero y abril el precio del gas se podría sextuplicar para buena parte de los usuarios residenciales. Y en el invierno podría ser peor, ya que es el momento de mayor demanda y precios más altos (por la necesidad de importar gas licuado), a más de 5 dólares".