En época de campañas, los pobres se convierten en un botín atractivo para los candidatos de siempre, quienes buscan su voto a través de promesas económicas.

Sin embargo, esas dádivas son los engaños que desde hace 37 años usan para llegar a la intendencia y para nada ayudan en disminuir la pobreza, principal causa de los graves problemas estructurales que presenta la ciudad de Monte Quemado.

La pobreza es uno de los principales problemas que enfrenta la sociedad, y es la  condición  más explotada con fines políticos en tiempos electorales por los dos sectores que se repartieron los años del poder político en esta ciudad.

Los dos candidatos siempre han coincidido en que uno de sus retos más urgentes será el combate a la pobreza; sin embargo, ningunos en 37 años de democracia tuvo  planes específicos para erradicarla.

En Monte Quemado, 7 de cada 10 habitantes; y 4 de cada 10 en zonas rurales, no recibieron el suficiente ingreso para comprar aunque sea la canasta básica alimentaria. Y no se trata solo de la pobreza en sí misma, sino de la creciente desigualdad, falta de movilidad social. En su estudio, asistentes sociales estiman que solo el 2%  de quienes nacen en hogares pobres pueden escalar socialmente.

La pobreza es usada al extremo que los candidatos responsables de la marginación de sectores sociales, buscan hacerse de más votos en las comunidades con mayor pobreza, prometiéndoles que su situación económica cambiará. Esto siempre ha quedado en promesas y ahora estos mismos burlándose de los sectores sociales a los que ellos mismos en sus distintas gestiones marginaron.

El uso de la necesidad

En los procesos electorales, los ciudadanos que viven en pobreza se convierten en el voto favorito de los políticos que buscan un cargo de elección popular.

Sea con un contrato de trabajo, dádivas, bolsines, material para construcción, hasta la promesa de ser beneficiarios de programas sociales mediante los que reciban dinero en efectivo, los aspirantes endulzan el oído y los bolsillos de los electores prometiéndoles un mejor futuro.

Realmente la pobreza  y la desigualdad en Monte Quemado es de tal magnitud que requiere un esfuerzo concentrado y dedicado con un enfoque integral, a través de políticas económicas, sociales y de seguridad pública para que todo confluya a solucionarla, porque es el origen de los  problemas estructurales.

Las propuestas de los candidatos para combatir la pobreza y la desigualdad son vagas y nunca  plantearon caminos concretos para terminar con ella.  

Vagas promesas

En sus planes de gobierno los candidatos a intendentes de Monte Quemado nunca esbozaron propuestas generales para combatir la pobreza y la desigualdad. Jamás se preocuparon por interesar a los gobiernos provinciales de incluir a la ciudad de Monte Quemado en las políticas del estado provincial o Nacional.

Cómo es posible que en más de tres décadas los copeños no fueron incluido en la construcción de la infraestructura básica para progresar y desarrollarse. Sin caminos  (como es posible  que la ruta provincial N° 4, columna vertebral del departamento Copo, mantenga aislada a más de 2.800 familias). En la ciudad Monte Quemado hay barrios que no tienen acceso al agua potable, al servicio de energía eléctrica, con familias sobreviviendo bajo  plásticos.

Han pasado 37 años de democracia y no se puede insistir con más de lo mismo, vemos necesario en Monte Quemado  cambios profundos, en el modo de  hacer política y en las formas de gobernar.