Por Tony Villavicencio | En Monte Quemado, entre los dos sectores que desde hace 37 años se disputan el poder político siempre recurrieron a  incentivos y estrategias perversas.

Estrategias donde la dadivas del clientelismo político tuvo importantes consecuencias en el resultado de una elección, y esto desmoronó la calidad de las instituciones de la democracia y condena a los pobres a ser más pobres.  

En primer lugar, esta lógica hace que las diferencias de ingreso de los votantes se transformen en diferentes tipos de representación Democráticas. Ya lo denunciamos, la Democracia de Monte Quemado, siempre le falto para ser un pleno estado de Derechos, la pluralidad de ideales y la diversidad de  proyectos.

Cuando los votantes participan en actos políticos y apoyan a candidatos en los que no creen y lo hacen inducidos por  bolsines, un plan social o un contratito laboral temporario, el ciudadano, en el sistema representativo se ve privado de analizar información acerca de sus verdaderas necesidades, demandas y preferencias. El clientelismo político, la dadiva y los bolsines días antes de unas elecciones, en la necesidad de los pobres votantes, los cautiva y les anula la capacidad de pensar y analizar.

Cuando solo los candidatos dispuestos a recurrir a estrategias clientelares son elegidos y reelegidos a través del tiempo, como es el caso de Monte Quemado, el falso sistema democrático y el modelo de interpretar y hacer política se perpetúa. Desaparece la oposición y la democracia es una falsa simulación porque en toda contienda siempre es uno o el etro. El que más invirtió en la conciencia de los pobres, triunfa haciendo que la maquinaria política se consolide a través de la obtención de los votos que aporta los sectores empobrecidos y más sufridos.

Si bien algunos especialistas señalan las ventajas del clientelismo en proveer soluciones a los votantes que de otra forma no serían accesibles, así como también en reducir las posibilidades de quiebre de partidos, mi convivencia con el sistema me muestra el alto precio que las maquinaria clientelar en Monte Quemado, con más del 75% de los votantes pobres ha sido a lo largo de los años la principal causa del reinado de dos bandos y liderados por dos dirigentes económicamente pudientes y de un mismo partido.

Nadie va creer que “Pito” Castillo dejó de ser peronista y ahora es el radical del Frente Cívico. Entendemos, es una forma de simular una democracia que en Monte Quemado nunca funcionó desde la pluralidad de pensamientos, a los otros partidos de la política local siempre los usaron para maquillar una falsa democracia.

Empero, lo cierto es que al clientelismo contribuye a consolidar un círculo de pobreza, poder y dominación, en el cual la participación política de los votantes en actos y elecciones refuerza el poder de los candidatos que se valen de estas estrategias para avanzar en su carrera política. Los votantes que viven en un contexto de privaciones y solo pueden encontrar soluciones subiéndose a los vehículos y través de su presencia y participación en actos políticos de los eternos candidatos, no tienen otra opción que cambiar su voto a cambio de un bolsín. Solo cuando los votantes tienen alternativas y pueden elegirlas sin temer represalias, el clientelismo de la democracia puede desaparecer de esta ciudad cabecera del departamento Copo.

No obstante, muestra que en Monte Quemado estas dos condiciones son difíciles de confrontar políticamente, después de 37 años en el poder. En primer lugar, las nuevas generaciones de dirigentes tienen que incorporar  en la cultura política  que los votantes pueden elegir con libertad a qué actos asistir y a qué candidato votar, sin temor a represalias, supone la existencia de alternativas políticas viables.

Sin embargo, la aparición de nuevos sectores  opositores en el nivel local, con posibilidades electorales es más que una excepción, sino  esperanza que ayudaría a un cambio electoral y como dice la letra de una canción que me pertenece, “ofrecer limosna al pobre no es obra de caridad, la pobreza se combate con trabajo y se la soporta con dignidad y nadie puede dudar donde se vende la conciencia y se compra la dignidad, el intendente de los pobres es el más rico de la ciudad”.