La realidad de los bosques de Santiago del Estero y de la gente de Copo, está lejos de ese primer mundo, que es el mundo de las contradicciones y lo superficial.

Los tecnócratas, desde el más elevado y acertado conocimiento científico, fortificados por el sello internacional de las organizaciones ambientalistas, sugerirán al gobierno medidas urgentes para salvar los bosques nativos del departamento Copo y en los proyectos de salvataje omiten a la gente habitante de la masa boscosa y de la estrecha relación existencial, que estos tienen con el recurso.

Es cierto, después de cincuenta años de indiscriminada explotación,  los bosques agonizaban y algo había que hacer para evitar su exterminio, y el gobierno que asumió en el 2005, hizo a lo largo de años de su gestión  lo necesario, para preservar el recurso forestal. Primero, desde la Dirección de Bosques a cargo para entonces del hoy extinto Ing. Publio Araujo, que trabajó largos meses convirtiendo a Santiago del Estero en la primera provincia que presento a la Nación su propia Ley de zonificación, en un todo de acuerdo a lo que imponía la Ley Nacional  N°26.331 de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos

Hoy, después de haber logrado paralizar la actividad forestal y desmontes en Chaco, sorprende que los grupos ambientalistas avancen sobre Santiago del Estero y mediante una campaña nacional por la prensa denuncien que encabezamos en el país la deforestación en el año 2021 y hablan en los medios de Resistencia, de topadoras, rolos, y hasta se refieren a motosierras depredadoras y no se olvidan de las rusticas hachas, pero omiten hablar de la gente de su realidad cultural, social y económica. Desde nuestro humilde lugar le decimos a los ecologistas de que nada de lo que se haga para proteger al recurso natural, servirá si es que no se tiene en cuenta al lugareño, que también es parte del medio ambiente que se aspira proteger.

Los pueblos y ciudades, cuyos habitantes sin otra posibilidad de subsistencia explotan los montes, desnudan en Santiago del Estero que el problema ecológico esconde en sus génesis un problema social y es la subsistencia de la gente, la que años pasados reconocemos el desorden y descontrol hacia la explotación de los recursos naturales, y que por una cuestión de humanidad, tal vez impidió a los  gobiernos del pasado aplicar con rigor los controles de lo que la gente sobrevivía, mientras los vivos hacían fortunas.

Hoy, gracias al esfuerzo del gobierno del Dr. Gerardo Zamora y al trabajo del  para entonces Ingeniero Victor Rosales, la actividad forestal en Santiago del Estero está ordenada, controlada y el aprovechamiento es racional y sustentable y se puede admitir que se realizan deforestaciones clandestinas, que siempre fueron frenadas por personal de una  Dirección de Bosques activa, desde donde en forma permanente, vemos a través de los medios los operativos de la Dirección de Bosques, realizando procedimientos por la deforestación, cuyos transgresores son castigados con severas y millonarias multas, más el decomiso de toda la maquinaria pesada que se utilizó en el desmonte clandestino.