Por Tony  Villavicencio | Jamás tuve ni si quiera un cambio de palabras con el intendente Manuel Osvaldo Castillo. Él  conoce quien soy y cuántas veces levanté mi voz para defender una injusticia incluida de las que fue víctima el mismo.

Soy un profesional que por muchos años estuvo en medio provinciales y mis criticas siempre estuvieron inspiradas en el sufrimiento de la inmensa mayoría de los vecinos de Monte Quemado, y ejerzo el periodismo por amor al pueblo que me abrigó y me dio un lugar para construir una familia.

Las críticas en la buena intención sirven al hombre para no volver a cometer los mismos errores y vemos que la gestión del intendente Castillo para nada contribuye a mejorar la calidad de vida de la gente, a pesar de los resultados con incidencia negativa. No rectifica rumbo y reiteramos la denuncia: Es un gobierno que, en principio, se amparó en el miedo y se desentienden de los vecinos de Monte Quemado.

Las cosas en Monte Quemado están muy mal, hay familias en los barrios y asentamientos que no reciben desde hace más de dos meses agua para el consumo humano, porque no tienen 600 pesos para pagar a la municipalidad el servicio. Tenemos la experiencia de haber recorrido 30 años las municipalidades y luego las comisiones municipales de la provincia, y está comprobado el  poder que en democracia otorga el pueblo. Se lo ejerce y no se lo transfiere, y es más grave cuando se lo delega en la familia. 

Ese fue el principal gran error del Intendente Castillo. Asumió con un gobierno de familia (Nepotismo) y luego sobrevino lo que todos conocemos y porque somos buena gente, nos hacemos los distraídos a pesar de que todos sabemos que las cosas públicas en Monte Quemado están al servicio de una familia y de los allegados más pudientes. Los mismos que algunas veces fueron noticias en los diarios provinciales por trasgredir los protocolos de la pandemia.

El que mal comienza mal termina

Desde el inicio de esta gestión comenzó mal. Todos se quejan de que la Secretaria de Gobierno tiene más poder que el intendente. Asumió instalando en el municipio el miedo como fórmula de gobernar. Los despidos de empleados, las rebajas de categorías y luego las persecuciones políticas con cambios de funciones denigrantes a personal capacitado, y hasta usó la fuerza policial. Hizo citar con su pareja policía en claro abuso de autoridad a personal municipal por cuestiones de trámites regulares de funciones en el municipio y hasta con dos horas de plazo para presentarse en la comisaría bajo amenaza de ser llevados por la fuerza pública (Ver fax mil de las cedulas).

LAS PRUEBAS DE LAS CEDULAS DE NOTIFICACION A EMPLERADOS MUNICIPALES.jpg

Está claro, el gobierno de Castillo delegó el poder en su familia y se olvidaron del pueblo que los votó. Eso está en ojos y oídos de todos los  vecinos de Monte Quemado. Además, desde el inicio de gestión pasaron los días, los meses y los años y en la ciudad no existe la obra pública municipal. Es más, hay espacios públicos que por falta de mantenimiento se están destruyendo como ocurre con la fuente de la plaza San Martín, y para qué vamos a inventariar y relacionar al parque automotor con el que recibieron al asumir la gestión.

El abandono de la ciudad también pasa por un precario servicio de recolección de basura, solo a los que viven sobre el pavimento, calles que no son regadas y sin luz. En la pasarela del ferrocarril, no hay luz y la oscuridad se convierte en una emboscada de los delincuentes que operan en ese lugar, desvalijando de sus pertenencias a los vecinos de la ciudad.

Lamentablemente como pueblo hemos fracasado y eso no es solo responsabilidad del gobierno de Manuel “Pito” Castillo, sino también del pueblo, mediante nuestros representantes en el Consejo Deliberante que han abandonado a sus representados. No han tenido la capacidad de corregir errores y torcer el rumbo de un gobierno de familia que empobreció a la ciudad.

Para concluir hay que destacar el fracaso de los gobierno también es el fracaso del pueblo. En la política mal entendida, el opositor hoy disfruta del fanático que en su egocentrismo inventa falsas historia en la estupidez de negar lo que está en los ojos, en los oídos y en el sufrimiento del pueblo de Monte Quemado. El gobierno de Manuel Osvaldo Castillo tocó fondo y navega en las profundidades de un peligroso vaciamiento de poder.