Nos preguntaron en la calle ¿qué es el nepotismo? y respondimos que es lo que ocurre en el gobierno de Monte Quemado. Se denomina a un sistema en el cual el poder político queda en manos de una familia, o de amigos de ella, sin tener en cuenta sus méritos.

Explicamos que fue en tiempos de la tiranía de Pisístrato, en Atenas, cuando se entregó la mayoría de los cargos públicos y políticos a sus familiares y amigos más íntimos.

Lo mismo ocurrió en la República Romana en tiempos de Pompeyo y en la edad media de los papás y obispos católicos, quienes ascendían a cardenales a sus familiares.

De aquí proviene la palabra “nepotismo”, del latín nepos o nepotis (nieto o sobrino), cuando los papas, que no tenían hijos o no admitían tenerlos, concedían los mejores empleos y los favores del Estado a sus sobrinos (a veces hijos ilegítimos).

Pasaron muchos siglos y, sin embargo, la lógica de comportamiento parece ser la misma en la política de Monte Quemado. Algunos países tienen cláusulas que prohíben el nombramiento de familiares, por ejemplo, la Constitución de Brasil que, en su artículo 14 inciso 7, dice: “Son inelegibles en el Territorio de jurisdicción del titular, el cónyuge y los parientes consanguíneos o afines hasta el segundo grado o Territorio, del Distrito Federal, del Prefecto o de quien los haya sustituido dentro de los seis meses anteriores a la elección, salvo si ya era titular de mandato electivo y candidato a la reelección”.

 En Argentina, el ex presidente Mauricio Macri, firmó un decreto prohibiendo la designación en cargos públicos de familiares. Empero, el nepotismo es admitido por las constituciones de provincias y no son pocos los municipios, donde el intendente tiene la libre elección de designar en cargos públicos de sus gobiernos a sus parientes directos de 1er, 2do y hasta 3er grado consanguíneo.

Donde asumen funcionarios con ética, no debería ser necesario una medida prohibitiva de esta naturaleza, pero en un país, en una provincia y en un municipio que apueste a una mejor calidad democrática, el nombramiento de familiares en las listas debe atenuarse, no por el terreno normativo sino por simple autocensura de sus protagonistas. Esto sería un pequeño aporte a la democracia de los pueblos.   

El nepotismo además de no ser ético, transforma a los gobiernos en autoritarios, se corrompen hasta niveles escandalosos. De muestra solo basta un botón.