(Por Tony Villavicencio). La historia demuestra que mientras más mediocre es alguien que llega al poder más se embriaga ante esa pasajera situación en que el destino le ha colocado.

Este es el caso de algunos funcionarios y algunos personajes que ocupan cargos en las municipalidades de Campo Gallo y Monte Quemado.

Los grandes estadistas se caracterizaron siempre por saber manejar esas situaciones y los verdaderamente poderosos no necesitaron nunca de esas muestras externas que tanto gustan a los otros, a los que necesitan hacer ostentación de sus cargos para sentirse en realidad importantes.

En gobiernos municipales, donde los mediocres son los mejores, es natural que veamos cómo a todos se le sube el poder a la cabeza y dan muestras que si hay algo que les fascina hacer es ostentación del cargo, humillando o exagerando su bondad para resaltar que él puede los que otros no y, en esas debilidades se hacen presentes las arbitrariedades y los abusos de poder que tanto daño le hacen a la democracia.

En los pueblos donde todavía persiste la frustrante cultura del hacha, la elección se ha tomado siempre como un cheque en blanco para que el electo y sus funcionarios hagan lo que se le ronque la gana sin necesidad de rendir cuentas a nadie, pero eso es una aberración de la democracia y en todos los casos, los funcionarios tienen un mandato que deben cumplir y una ley que deben observar de manera ejemplar. 

Vemos en casos, donde los gobiernos asumen y toda la familia se prende de la teta del Estado sin producir nada extraordinario, arremeten contra todo lo que encuentran en el camino (cargos públicos) y no se pierden un solo negocio (proveedores, negocio de barbijos, etc.), pasando al extremo de designar en secretarias claves a sus propios hijos, sobrinos y hasta consuegros. Si es legal no es ético, y eso en cualquier lugar del mundo se llama Nepotismo.

Con la parentela adentro de la administración pública, hubo casos que en paralelo se construyeron verdaderas estructuras comerciales para burlar las débiles leyes que protegen al Estado de ser parte de negocios de funcionarios y familiares.

En algunos casos, la justicia determinó negocios encubiertos de funcionarios con los municipios. Una investigación periodística no puede considerarse como un atentado contra la democracia ni contra la gobernabilidad como dice el intendente de la sufrida y asfixiada Campo Gallo. Este funcionario tiene mucho por aclarar en este sentido, se aferra a la idea de que si remarcan sus errores  responde a un plan desestabilizador de su gobierno, sin tener en cuenta que todo accionar público debe ser siempre objeto de una observación y sujeto a investigación y si es funcionario, debe responder legalmente por lo hecho, sin que su poder efímero impida la aplicación de la Ley. Ningún hombre puede estar por encima de la Ley.  

Por citar un par, el escándalo de la ambulancia el Covid-19 y el joven de Campo Gallo infectado y los terrenos dos veces adjudicados. Las cartas documentos que van y vienen de unos y otros, que se sienten dueños de un mismo terreno, gastaron la suela de los zapatos del cartero del pueblo y como si todo esto fuera poco, resulta que el jefe de personal que todos reconocían e impartía órdenes a los empleados de la comuna, niega el cargo según la ocasión.

Hay gobiernos que se emborrachan de poder todos los días, y cuando saben que no eres parte de la limosna que reparten a los resignados o no alimentas con el silencio sus espurios negocios, te acusan de apretador, te proscriben y hasta te miran con arrogancia y desprecio, cuando en realidad sobre los errores y negocios de los funcionarios de esta parte de la provincia el periodismo tiene mucha tela por cortar.

Cuando el negocio va bien hacen ostentosas fiestas, se emborrachan de poder, te rompen la luneta de tu viejo auto, te arrojan una yarará viva al sitio de tu casa, le piden al gobernador que descargue todo su poder sobre tu pluma, tu palabra, invocan la cuarentena cuando son ellos mismos los que rompen el protocolo y te exigen que consideres los privilegios a favor de sus familiares a cuyos negocios lo cuidan como si fueran la octava maravilla del mundo. En realidad, todos saben que lo que cuidan es su propio negocio a costas de la salud de todos.

A lo largo de mis 30 años de comunicador social y, actualmente viviendo en Monte Quemado bajo el gobierno municipal más inepto de los que en mi dilatada carrera me toco conocer, donde observo que no solo abusan del poder sino aspiran a que te calles. Te ofrecen el dinerillo fácil, si no aceptas proscriben y persiguen a tu familia, te amenazan, atentan sobre tus bienes o tus derechos, te quitan todo a cambio de silencio, sin entender que el poder es prestado y todo ello termina dentro de muy poco y que volverán a ser una familia del pueblo y hoy, por mucho que sea el harina del que puedan amasar no les va alcanzar para reconstruir el resentimiento de  los vecinos de Campo Gallo y Monte Quemado, dos ciudades asfixiadas por las injusticias.