Por el Dr. Francisco Cavallotti. En el mundo, afectado por el Covid-19, ya se ha superado la dicotomía salud-economía en los distintos países. Sus gobiernos adoptan medidas de carácter económico para que los efectos de la pandemia no produzcan lesiones sociales tan o más graves que el mismo virus.

Formar parte de toda una sociedad atribulada por un mal que nos impone hasta hábitos y conductas, hasta ahora desconocidos, a modo de desahogo de conciencia, necesito decir que solo recuperando nuestra soberanía política y nuestra independencia económica, podremos adoptar políticas socialmente justas que atiendan básicamente las consecuencias devastadoras que está provocando el coronavirus en los aspectos del empleo, producción, educación, entre muchos otros.

Mirar el pasado

Probablemente debamos mirar los antecedentes de nuestro pasado para retomar la senda de un gran proyecto nacional que nos llevó a ser en un momento determinado de nuestra historia: Uno de los países con el mejor sistema educativo público y gratuito del mundo. Educación Universitaria gratuita y con excelencia académica (lo seguimos siendo en el mundo). Un país con uno de los mejores servicios de salud pública del mundo. Sin Deuda Externa que nos condicione (el total de la Deuda Externa con intereses ascendía al 24/Marzo/1976 a la suma de 7.800 Millones de Dólares, SI, aunque parezca increíble). Una tasa de desocupación del 4,5 % (más bajo que en E.E.U.U.). Índices de analfabetismo del 2 % (más bajo que en Europa) y todos los Factores Estratégicos para el desarrollo nacional (el petróleo, las telecomunicaciones, el transporte, la energía en todos sus tipos, la investigación tecnológica) bajo el dominio del Estado Nacional.

Aquel país que fue forjado bajo el influjo de una cultura que se basaba en la producción como fuente de riqueza, ha sido cambiado por una concepción especulativa de la economía, sobre todo a partir de 1976. Bajo la hegemonía de una concepción liberal de la economía, disfrazada con el nombre de neoliberalismo y economía social de mercado, en la cuales el hombre como la Patria se convirtió en un juguete del capital.

Vuelve a ser imprescindible dotar al capital nacional circulante en el país, de un propósito orientado a la producción y el desarrollo y alejada de aquella descendencia putativa de los fenicios: la especulación.

Depósitos bancarios

Nuestra moneda: El peso, debe volver a ser un instrumento destinado a la producción, sacándolo del perverso juego de las especulaciones y de sus actores, los especuladores.

En este concepto, leo hasta con grata nostalgia los términos de la Ley 20.520 sancionada el 01/agosto/1973 y vigente durante los Gobiernos de Héctor Cámpora, Juan D. Perón y María Estela Martínez de Perón, conocida como la LEY DE NACIONALIZACIÓN DE LOS DEPÓSITOS BANCARIOS.

La denominación de Nacionalización de los Depósitos, tal vez no expresa exactamente el sentido del acto dispuesto (como lo informa un analista del tema), toda vez que en la Economía se entiende por Nacionalización, la propiedad de la Nación sobre algo. Ello no ocurre en el caso de los depósitos de las Entidades Financieras QUE SIGUEN SIENDO DE PROPIEDAD DE LOS DEPOSITANTES. En todo caso, sería más adecuado denominarla LEY DE CENTRALIZACIÓN Y CONCENTRACION DE LOS DEPOSITOS EN EL BANCO CENTRAL. En realidad, LO QUE SE NACIONALIZA ES EL PODER DE DECIDIR SOBRE LA ORIETACION DEL CRÉDITO QUE POSIBILITAN ESOS DEPOSITOS.

Créditos selectivos

Está claro que la llamada Nacionalización o Concentración de Depósitos en la máxima autoridad monetaria y bancaria del país, banco central de la republica argentina, no tendría sentido, sino fuera por la posibilidad concreta y directa de implementar a través de ella, una política de créditos selectivos, orientada al desarrollo de la Industria en general, sobre todo la agroindustria, el comercio, todo que redunde en la generación o mantener niveles de empleo y consumo.

Con la Nacionalización de los depósitos, el Estado mediante el Banco Central de la República Argentina, tendrá el poder de definir la Dirección de la ¿política crediticia: Volumen y Dirección de los Créditos, orientándolo hacia Sectores de la Producción, con plazos y tasas de interés fijadas de acuerdo a los requerimientos del País.

Mediante la Ley referida se convirtió al Banco Central de la República Argentina en un “BANCO DE BANCOS” y a los demás Bancos, en Agencias del mismo (Conforme exposición de motivos de la Ley).

Esto significa que los Bancos Privados, tenedores de aquellos depósitos, no podían disponer libremente del dinero y utilizarlos para la especulación financiera o fugas de capital.

La Fuga de Capitales en la Argentina, colocados en Bancos Extranjeros, según información de Organismos Oficiales, ha generado la traslación a otros países de volúmenes de capital (300.000 millones de Dólares), que nos hubieren colocado en otra posición mundial de haberse invertido los mismos en la producción nacional. Se difunde sin hesitación que existen colocados en el exterior dinero de argentinos en un monto superior a la propia deuda externa.

Faltan dólares

Se difunde mediática y estrepitosamente que los Bancos Privados (de capitales extranjeros y nacionales) se encuentran cubiertos de Pesos y que lo que falta son dólares.

Se debe saber y decir que esa banca privada, ha demostrado ya su total indiferencia a las políticas implementadas por el Estado Nacional, tendientes a facilitar empréstitos a la PyMES, para frenar la desocupación por falta de actividad que se acrecienta permanentemente.

Si la Nación Argentina no recupera la capacidad de decidir la orientación del crédito hacia la producción y el desarrollo, nuestro futuro se encuentra comprometido, tanto o más que con la pandemia sanitaria que hoy nos absorbe.

Organismos Internacionales

Mas aún, es necesario saber que los Organismos Internacionales que manejan el crédito y los dineros que rigen el mundo, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y la propia ONU, propician el endeudamiento de los estados nacionales, como la Argentina, para aplicar aquel axioma de la realidad: “Quien controla tu sustento, controla tu voluntad”.

Es así como por inflijo de estos organismos internacionales que son los acreedores de nuestro endeudamiento y digitan la renegociación de la Deuda, nos imponen como condición perversidades mayúsculas que todos debemos saber y combatir, que consiste en modificar nuestro Régimen Educativo y Jurídico, permitiendo programas que nos divorcian de nuestra tradición, de nuestra idiosincrasia y de los factores que formaron nuestro Ser Nacional.

Así es como se ha introducido la Educación Sexual Integral (ESI) en nuestro sistema educativo en todos los niveles, el matrimonio igualitario en nuestro Código Civil y Comercial, el aborto, todo lo cual tiende a la desnaturalización de nuestra estructura básica que es la familia, cédula fundante de la Nación.

Siento que es hora que se digan las cosas por su nombre y que dejemos de coquetear con costumbres extrañas y defendamos nuestra familia y nuestra nacionalidad.