Por Tony Villavicencio | Unos mueren porque no tienen acceso a los medicamentos y otros porque no tienen acceso a los alimentos, en un país de profundas desigualdades.

Gobernados por un  presidente tilingo, que carga al estado millones de pesos para darle de comer y mantener a dos perros y en el interior profundo deja morir a los niños de hambre.

Camila Giménez una joven de 25 años, falleció ayer tras esperar más de un mes un medicamento oncológico que el gobierno de Javier Milei, ordenó suspender el envió a las  provincias, bajo el pretexto que ya  no existe en la argentina el estado de la justicia social.  

En el país se estima en menos de los últimos tres meses, por falta del medicamento  más de 185 los muertos oncológicos,  aunque el número aún no fue oficialmente confirmado por los gobernadores de las provincias. Desde donde se estaría  preparando al respecto, una duro documento.

Coincidiendo con este hecho de abandono de persona. En estos días el  extremo norte salteño se estremece ante una dolorosa realidad: cuando en menos de una semana tres pequeños niños del Pueblo Nación Wichí perdieron la vida  víctimas de una desnutrición que deja al descubierto las profundas brechas sociales y sanitarias de un país con un gobierno Narco-capitalista,

En medio de un contexto de ajuste y mercado libre  la falta de acceso a alimentos adecuados y la precaria atención médica, dos niñas y tres varones, en menos de 15 días fallecieron  desnutridos en la localidad de  Santa Victoria Este de la provincia de Salta donde otros cuatro de ellos luchaban contra esta cruel enfermedad, enfrentando el ajuste desde la desbastadora pobreza.

El Ministerio de Salud Pública de la provincia de Salta confirmó a los medios del país. “Cuatro de los fallecimientos, evidenciando la cruda realidad que enfrentan estas comunidades indígenas. El último deceso, el sábado 16 de marzo, cobró la vida de un niño de un año y ocho meses, quién padecía desnutrición crónica y había enfrentado días de agonía con vómitos incesantes.

Las historias de dolor se multiplican: una nena de solo un mes y medio, proveniente de la Comunidad San Miguel, y otra de dos años y cinco meses, integrante de la Comunidad Vertientes Chica, se suman a la lista de víctimas. Ambas enfrentaron un cuadro desolador de desnutrición aguda severa, con deshidratación y diarrea, luchando por sus vidas en hospitales que enfrentan serias deficiencias.

El llamado de auxilio resuena en las palabras de un cacique que prefiere permanecer en el anonimato: “La gente tiene hambre” desde que ingreso al poder este gobierno de Miley ya no llegan las partidas de mercadería ni en los hospitales es la misma atención por falta de insumos.

Once menores de edad han perdido la vida en lo que va del año, una trágica realidad que revela el fracaso del sistema de salud para responder a las necesidades más básicas de estas comunidades vulnerables. Siempre fue así, pero con este gobierno se profundizo la crisis sanitaria.

A pesar de los esfuerzos del Centro de Recuperación Nutricional, que ha logrado rescatar a más de 160 niños y niñas en dos años, la demanda sigue superando la capacidad de respuesta. Las causas estructurales que perpetúan la desnutrición siguen sin ser abordadas, dejando a muchos niños sin esperanza de un futuro mejor.

La falta de acceso a medicamentos, la escasez de fórmulas lácteas y los recortes en los recursos del Gobierno de Javier Milei, agrava aún más la situación. Mientras tanto, el calor sofocante y las crecidas de los ríos complican aún más el acceso a la atención médica y los suministros básicos.

Se espera que las autoridades tomen medidas concretas para abordar esta crisis humanitaria y garantizar que ningún niño más sufra las devastadoras consecuencias de la desnutrición.

La vida de estos cinco niños indígenas perdidos prematuramente nos recuerda la urgencia de actuar y brindar apoyo a las comunidades más vulnerables de nuestra sociedad.

Los perros del Narco capitalista Javier Milei,  presidente del Capital salvaje y las lujurias. Entendemos  justo que sean alimentados, porque son perros. Lo que no es humano  y es imperdonable dejar morir desnutridos a los niños argentinos, porque nacieron en hogares pobres.