Dios no tuvo  piedad con quienes aspiraron  perpetuarse en el poder. En estos días vemos las obras de la justicia, encerrada, en los intereses,  de un gobierno  que se instaló en el corazón del pueblo  y que comienza a  mostrar  las debilidades de sus aspiraciones de perpetuarse en el poder.

La descomposición de los imperios y también de los actuales gobiernos  siempre se inicia después de someter  a la justicia.  Al respecto  la historia nos cuenta  que los hombres más poderosos de la tierra, sin los frenos de la justicia destruyeron la creación de sus propios imperios. Homero, Napoleón,  y en lo más inmediato cercano a los santiagueños,  el reinado de 50 años del matrimonio Juárez, que  se perpetuaron en el poder y se fueron del gobierno sin pena ni glorias.  

No vamos a exponer nuestro pensamiento crítico con respeto a la sometida justicia santiagueña. Sino vamos a recordar  en tres capítulos, publicadas en  tres ediciones seguidas del diario digital El Municipal Web. Que el hombre es dueño y responsable de sus acciones empero el acontecer histórico  de los pueblos que sufren abusos e injusticias, siempre caerán en manos de Dios.   

2DO CAPITULO

 Por lo visto salió algo bueno de Nazareth; o aquel niño era lo que sus discípulos decían de él, o era un hombre de mucha suerte. Esto no es teología, es pura historia, son hecho comprobados e irrefutables. Pero, pese a la contundencia de los hechos, han existido en el pasado y existen hoy, falsos teólogos falsos arqueólogos, falsos historiadores, seudo científicos, que, con argumentos infantiles, niegan la existencia histórica de Jesús, y sostienen que toda la historia de Israel, el Antiguo Testamento y toda la historia de Jesús, el Nuevo Testamento, son simples mitos, meras falsificaciones, sin respaldo científico. Como enseñaba Santo Tomas de Aquino: "contra los que niegan lo evidente, hay que argumentar con un látigo".

El judaísmo, el cristianismo, y el islamismo, cuyos seguidores suman más de cuatro mil millones de personas, son las tres grandes religiones monoteístas, que reconocen en Abraham, el comienzo de su fe en la existencia de un solo Dios, creador de todo lo que existe; el Dios de Abraham, es el Dios de judíos, cristianos y musulmanes. Por lo tanto, para la cosmovisión judía, cristiana e islámica, la materia no es eterna, el universo no es eterno, tienen un principio: el acto creador de la divinidad.

¿Cuál es la creencia común de judíos, cristianos y musulmanes? Que el hombre fue creado por Dios en estado de perfección. El hombre se rebeló contra Dios y cayó desde su estado de perfección, al estado de pecado, arrastrando con él a todo lo creado; el mal, el dolor, el sufrimiento y la muerte, son frutos del pecado. El universo, y la humanidad, así como los conocemos, no son el universo y la humanidad, en el estado de creación original, son el universo y la humanidad caídos, por el pecado original. Nosotros estamos viviendo dentro del plan de Dios, la etapa del hombre caído y redimido. Para rescatar al universo y a la humanidad caídos, Dios promete a Abraham que enviará un salvador, que redimirá al hombre y a la creación. La muerte es la puerta a la vida eterna. Y que Dios juzgará a todos en un juicio universal.