Todavía quedan muchas respuestas sin responder en relación con la enfermedad que provoca el virus Sars Cov 2 y las secuelas que deja.

Según la Organización Mundial de la Salud, hay suficientes registros de mujeres y hombres, tanto jóvenes como adultos, que experimentaron algunos problemas de salud a largo plazo luego de padecer síntomas y complicaciones.

El tema volvió a cobrar importancia por casos de deportistas que luego de tener Covid-19 sufrieron descomposturas en plena competencia.El episodio más conocido en el mundo del deporte internacional es el del futbolista Sergio Agüero, que sufrió una descompostura en pleno campo de juego. Se supo después que había padecido una arritmia cardíaca y casi inmediatamente se asoció la dolencia con Covid-19, ya que el jugador se había contagiado del virus en enero pasado. Si bien los médicos que atendieron a Agüero consideran que, en principio, esa enfermedad no parece haber sido la causa principal de la arritmia, tampoco descartan la posibilidad de que haya influido en esa anomalía.

Más cerca en el tiempo y el espacio, el caso del chaqueño Lautaro Ponce, jugador de Unión y Fuerza de la localidad de Corzuela, volvió a encender las alarmas sobre la posible relación entre dolencias que aquejan a deportistas luego de haber superado la Covid-19. Ponce se desplomó en el campo de juego, en pleno partido de fútbol, cuando su equipo disputaba con Atlético Charata un encuentro del torneo Apertura de la Liga del Noroeste Chaqueño. Según se informó, el deportista sufrió un paro cardiorrespiratorio cuando era trasladado a un centro asistencial, lo que obligó al personal de salud que lo acompañaba a aplicar técnicas de reanimación. Afortunadamente, el jugador se recuperó. Pero una vez que fue superada la dramática situación, el presidente de Atlético Charata, Enrique Obligado, hizo una observación que no debe soslayarse. "Fue un susto enorme. Porque hablamos de la posibilidad de haber perdido una joven vida. Esto es una alerta, un llamado de atención", sostuvo el dirigente.

La Organización Mundial de la Salud señaló en un reciente documento que si bien el número exacto de personas que experimentan las secuelas a largo plazo de Covid- 19 no está claramente definido, se han descrito síntomas y complicaciones posteriores a la enfermedad tanto en pacientes atendidos en hospitales como en pacientes que no necesitaron ser atendidos en los sistemas de salud. Entre los síntomas más comunes se encontraron fatiga, dificultad para respirar, disfunción cognitiva y pérdida de la memoria. Pero no se descarta que en algunas personas el virus provoque una de secuelas graves a largo plazo. Por eso la OMS sostiene que es necesario que los gobiernos reconozcan las secuelas a largo plazo de la Covid-19 y también que garanticen el acceso a los servicios de salud de todos esos pacientes.

Por otra parte, estos casos deben llevar a reflexionar a la población en general sobre la necesidad de seguir cumpliendo con todas las medidas de prevención. Hay que poner especial atención en los ambientes cerrados para asegurarse de que tengan flujos de aire adecuados para que se renueve el aire con el fin de reducir la transmisión del virus por aerosoles. En ese sentido, no está de más recordar que hay suficiente evidencia científica que confirma que, en rigor, los casos de contagios se dan principalmente en interiores mal ventilados. Es que el virus Sars Cov 2 se propaga entre las personas a través de pequeños aerosoles. Es decir que los lugares cerrados y con poca ventilación son los que más favorecen los contagios. Por el contrario, en espacios bien ventilados, o al aire libre y con barbijos bien colocados, las posibilidades de transmisión del virus se reducen notablemente.

Gracias al arduo trabajo de los investigadores hoy se sabe también que el virus puede permanecer en el aire en diminutos aerosoles que ingresan al organismo humano cuando las personas respiran el aire respirado por otras que fueron contagiadas previamente. El avance de la vacunación en nuestro país ha dado muy buenos resultados. La baja cantidad de infectados y de hospitalizaciones confirman que se marcha por buen camino, pero no se debe bajar la guardia. Todavía no se ha declarado el fin de la pandemia y por lo tanto hay que continuar con los cuidados. Si sabemos que las personas tienen mayor riesgo de contagiarse cuando comparten el aire de un espacio cerrado, entonces hay que evitar ese tipo de situaciones.