La solidaridad es uno de los gestos que sobresale en medio de la pandemia por la que estamos atravesando los argentinos y el mundo.
Son miles los voluntarios que se arriesgan saliendo a la calle para poder brindarle un plato de comida a los que menos tienen.
Este es el caso de vecinas de la ciudad de Campo Gallo, departamento Alberdi. Gladys Sosa, Patricia Sosa, Patricia Tayguan, Mariana Catán y Silvina Andrea Jaimes forman parte del comedor “Por un niño feliz” (perteneciente a la asociación Sapa Punchay) y entregan más de 200 viandas a gente de escasos recursos y estiman que este número se incremente.
Actualmente están cocinando dos veces por semana (miércoles y viernes), pero les gustaría que los niños y adultos que concurren a este espacio puedan tener un plato de comida todos los días. Motivo por el que recurren a la solidaridad de la comunidad, ya que no cuentan con el apoyo del Estado.
Necesitan mercadería, ropa, calzado en buen estado, leche, artículos de higiene y pañales descartables.
Agradecen a empresarios, vecinos y a la fundación Ángeles de Esperanza que vienen haciendo su aporte.