(Por Tony Villavicencio) Donde predominó la indiferencia y el “no te metas” impuso durante más de 30 años la ausencia de justicia, por lo que es un milagro que las autoridades del Consejo General de Educación, revisaran la autenticidad de los títulos con el que docentes se desempeñaban  en establecimientos educativos de los departamentos Capital , Banda, Copo, Alberdi, Mariano Moreno y Pellegrini.

Las reiteradas denuncias del diario digital El Municipal Web, alertaron a las autoridades del Consejo General de Educación Provincial iniciando las actuaciones sumariales administrativas de rigor surgiendo de la documentación, agregada a los expedientes,  que en esta última etapa un total de 21 docentes ejercían la docencia con  títulos truchos, dando paso a la intervención de la justicia por tratarse de conductas delictivas.  

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El prolijo, efectivo y purificador trabajo de las actuales autoridades del Consejo General de Educación, encabezado por su presidenta interventora la Dra. Maria Elena Herrera, hicieron frente a la estructura de un sistema educativo que ya no puede negar que en torno a la educación santiagueña, desde hace décadas, operaba una verdadera mafia que, a cambio de dinero, vendía títulos falsos, arreglaban puntajes, acomodaban cargos y designaciones al mejor postor.

Cuando se inició la investigación, las comunidades educativas de los departamentos Copo, Alberdi, Pellegrini y Mariano Moreno, se dio cuenta de que hay  males que no pueden pasar de moda y para tristeza de los maestros decentes y auténticos. El mal de los vivos, de la corrupción, del encubrimiento pareciera secuestrar con relativo éxito el futuro de alumnos, de   buenos y honestos maestros  que muchas veces quedaron sin el cargo desplazados por los truchos. 

Nosotros, que estamos denunciando desde hace 20 años la presencia de maestros truchos en la docencia Santiagueña, advertimos lo serio y grave que era, no así las autoridades que correspondientes.

Lo concreto es que el escándalo despertó y alertó al Gobierno de la Provincia cuando desde el Ministerio de Educación se dio vía libre a la investigación administrativa y se escuchó decir al gobernador Gerardo Zamora: "Caiga quien caiga, hay que llegar a la verdad”.

A pesar de la firme decisión del Gobierno, no es fácil desarticular una cadena de influencias que desde hace 30 años  funcionó en los distintos niveles de la educación, donde pareciera que el pacto del silencio cómplice, fue definitivamente roto por las nuevas autoridades del Consejo de Educación.