Se cumplen hoy 66 años del paso a la inmortalidad de Eva Duarte de Perón, la “abanderada de los humildes”. A quienes somos peronistas desde la primera hora, su temple de lucha nos dejó encendida una llama en el corazón para que sigamos su ejemplo de ayudar y ser solidarios con los que menos tienen. Ese fue el sentido que la animó siempre y es el legado que nos dejó para continuar en la fragua de las reivindicaciones sociales.

El ejemplo de vida de Evita, al servicio de los pobres y desvalidos, no sólo acudiendo en auxilio de sus necesidades imprescindibles, sino para favorecerlos con condiciones dignas de inserción en la sociedad de la que estaban marginados, abrió cauces de profunda transformación en un proceso de auténtica justicia social, fundiéndose junto a Perón en una causa que hicieron suya, pero a la vez de trascendencia impersonal a favor de los postergados.

Por eso, Eva Perón, emerge en la historia de las luchas por las reivindicaciones populares, como el fiel testimonio de una fuerza potenciadora que permanece viva al ser retomada y asumida por quienes abrazamos la misma empresa justicialista, tratando de continuar su obra de la mejor manera posible, entendiendo que la mayor virtud que nos enaltece como seres humanos es traducir en obras y entregas dignificantes y superadoras las inquietudes que motivan y parten del corazón en bien de los demás.

La causa de Eva Perón fue la causa del pueblo y por el pueblo. En ella encarnó el clamor de las necesidades y su espíritu fue el motor que cristalizó en obras dignificantes las expectativas de un pueblo que estaba postergado, olvidado y menospreciado.

El ejemplo de Eva Perón al servicio de los pobres y de la dignificación de la mujer en una sociedad que la tenía relegada, es una llama viva que se ofrece como fuerza potenciadora para ser asumida y darle continuidad a su obra por la felicidad del pueblo, porque la mayor virtud que nos enaltece como seres humanos es traducir en realizaciones dignificantes y superadoras las inquietudes que motivan y parten del corazón para hacer justicia donde haga falta.

Como justicialista y convencido de que ser solidario —como nos enseñó Evita— es la cualidad que nos hace ser útiles en la vida, rindo mi homenaje permanente a la “abanderada de los humildes” en este 66º aniversario de su fallecimiento.

Por eso hoy, al honrarla en la memoria, los peronistas reafirmamos las convicciones y profundizamos los sentimientos que nos hicieron soldados de la noble causa justicialista, y cuyos artífices fueron Perón y Evita.

José María Cantos, fundador de Nuevo Diario, para una nota editorial de su medio.