Este 22 de octubre, Javier Gerardo Milei cumple 53 años. De infancia traumática, le gusta decir que su padre era colectivero, cuando en realidad es un empresario millonario.

Deportista frustrado (atajó en las divisiones inferiores de Chacarita, pero nunca fue tenido en cuenta para los planteles mayores), y músico sin aptitud (tuvo su bandita donde quiso cantar pero, según dicen los que lo escucharon, era más postura que talento). Terminó estudiando economía en la universidad de Belgrano que le solventaba su padre, con cierto pesar, harto de los descarríos de su hijo.

Sus padres son Norberto Horacio Mileikowsky y Alicia Luján Lucich, de muy acomodada posición y que vivían en Palermo cuando su primogénito vino al mundo (tiene una hermana: Karina Elizabeth, partícipe también de los negocios de la familia).

La familia: Su padre era un empresario del transporte (decirle colectivero es como llamar chatarrero a Paolo Roca), vinculado a las firmas Francisco de Viedma S.A. y Empresa de Transportes Tte. Gral. Roca, donde tuvo algunos problemas con el fisco por no pagar los impuestos.

Algo similar a la conflictiva relación que entretejieron Franco Macri y su hijo Mauricio, entre un padre con cierta decepción que brindaba más dinero que cariño, así transitó por años la relación entre Mileikowsky y su progenitor, de personalidad dura y avasallante. Una relación tóxica que aún hoy desestabiliza emocionalmente al economista.

Las empresas: En el año 1993 su padre constituyó otra de sus empresas, Campo La Ponderosa S.A., dedicada al engorde de ganado (feet lot), razón de más familiar para que Mileikowsky despotrique contra las restricciones a la exportación de carne.

Dentro del rubro agropecuario también es el dueño de Buena Yunta S.A., constituida en 2007, con campos en Azul, Provincia de Buenos Aires. Mileikowsky padre también se dedica a los negocios inmobiliarios, y lo hace como socio de la firma Graviar SRL, fundada en 2011. La fortuna familiar se calcula en varios millones de dólares.