Miles de firmas de vecinos de la ciudad de Monte Quemado, cabecera del departamento Copo, acompañan a un extenso escrito donde fundamentan su rechazo a la despenalización del aborto y proponen como solución al grave problema social más educación sexual en todos sus niveles”.

La nota está dirigida al gobernador Gerardo Zamora y a los senadores y diputados que representan en el Congreso de la Nación a los santiagueños.

Texto

Somos concluyentes en cuanto considerar, que el hecho de matar a un ser humano, no es aceptable bajo ningún punto de vista. Hablamos de matar, porque evidentemente de eso se trata. Buscar el punto del quiebre entre el momento que se considera que comienza, la vida, en el seno materno resulta absolutamente irrelevante.

Resulta fácil darnos cuenta que todos los seres humanos, sin excepción alguna, comenzamos siendo un ovulo fecundado por un espermatozoide y una primera célula.  Es imposible saltarnos ese momento, por más que la fría letra de un código, nos asegure que a partir de cual o tal momento comienzan nuestros derechos, podríamos gozar de los mismos, si no hubiéramos sido esa célula.

Es imposible saltarnos ese momento, por más que la fría letra de un código nos asegure que a partir de tal o cual momento comienzan nuestros derechos como personas. Ninguno de nosotros, plenos de derechos, podríamos gozar de los mismos, si no hubiéramos sido esa primera célula. Y esto no se trata de Religión, de Filosofía o como queremos llamarle, se trata de Biología. La vida comienza desde el mismo de la fecundación. Tiene la misma oportunidad de vivir fuera del seno materno, un embrión de un día, de tres meses, o un feto de cuatro meses, NINGUNA. Es decir que si extraemos un  embrión o un feto en algún momento anterior al que este tenga  la posibilidad de vivir fuera del seno materno, estamos negándole  dicha posibilidad. Lo estamos matando.

Si bien es cierto, si lo pensamos bien, ni siquiera tendríamos que estar hablando de tratar este tema en esos recintos tan importantes, sabemos que se ha llegado a esa instancia porque el problema existe y es una realidad cruel para todos. Pero también estamos convencidos de que la despenalización de las prácticas abortivas no es la solución. El pacto social que da origen a la vida en sociedad y que hace posible que una persona pueda convivir en sociedad establece límites que hacen viable la vida con el otro. O sea que nuestros derechos tienen como límite el derecho de los demás, sabiendo que el derecho que avasalla o perjudica a otra persona no es derecho.

Se trata de legalizar la muerte, de suponer que la vida tiene más valor que otra y que tenemos la potestad de decidir sobre ella.

Se pretende respetar el derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos y eso está muy bien, pero no nos equivoquemos al pensar que esa vida que llevan dentro pertenece a sus cuerpos. No les pertenece, y por lo tanto no tienen, ni tenemos, el derecho a decidir eliminarla.

Se pretende disminuir la mortalidad materna. Hay múltiples maneras de disminuirla, actuando previamente al embarazo no deseado y también existen caminos alternativos posteriores al nacimiento para que un niño tenga la posibilidad de vivir sin poner en riesgo la vida de la madre. No es la única solución matar a sus hijos en forma “segura” dentro de sus cuerpos.

Si bien es cierto que evitar la despenalización del aborto no garantiza que no haya prácticas abortivas, estamos convencidos que la despenalización del mismo significa avalar la muerte y justamente la muerte de quien no tiene la posibilidad de defenderse. Es por eso que tenemos la obligación de defender a los más débiles y que por cierto, en el caso puntual del aborto, no pueden defenderse a sí mismos.

Estamos convencidos que la verdadera solución al problema es más profunda y está relacionada fundamentalmente con la educación y el aprendizaje sobre sexualidad y educación sexual en todos los niveles, familia, escuela, religiones, comunidad en general. Tenemos una deuda como sociedad, pero no por eso debemos hacer oídos sordos y pensar que matar está bien.

Nosotros, los ciudadanos de Monte Quemado, nos comprometemos a poner todo nuestro esfuerzo y conocimientos para intentar cambiar esta realidad.

Porque estamos cien por ciento a favor de la vida. Decimos NO a la legalización del aborto. Decimos Sí, a defender la vida.