En las distintas ciudades del interior de la provincia ya se escucha la explosión  de los cohetes que son parte del paisaje de las fiestas de fin de año, mientras que en otras lugares como Rosario, Formosa, Chaco o  Salta se está realizando la campaña “Más Luces, Menos Ruido”, con el fin de reducir el uso de la pirotecnia sonora, por el daño que estos explosivos manuales producen a la salud.

En este marco, distintas instituciones señalaron a El Municipal Web que a causa de los ruidos originados por esos artificios, las personas con autismo sufren problemas acústicos, situaciones de estrés, e incluso llegan a gritar y que estos lamentables sucesos tienen lugar especialmente con niños que padecen síntomas de Autismo.

En 2016, padres de menores con discapacidad de las vecinas ciudad de Chaco y Salta presentaron  un proyecto de ordenanza en el Concejo Deliberante con el fin de sustituir la pirotecnia tradicional por aquella que produce menos ruido. En ese texto, una profesional de la Psicología especificó que la vivencia de un chico con autismo que escucha el ruido de la pirotecnia es similar a la de quien está “viviendo una catástrofe”.

Por ello, en varias ciudades del país se solicitó a los concejales que analicen y sancionen la norma propuesta; y en aquellas ciudades que es ley, los vecinos pueden denunciar a las municipalidades  la presencia de puestos callejeros que comercialicen fuegos artificiales.

Testimonios

Víctor Sánchez, padre de Gonzalo, un niño de 10 años que tiene Trastorno del Espectro Autista y vive en Quimilí, en diálogo con este diario, se refirió a la iniciativa y destacó que vive en una ciudad donde “para las fiestas son varios los padres que sufren con sus hijos por el sonido de los fuegos artificiales. No proponemos la erradicación de la pirotecnia, sino permitir únicamente la venta de la lumínica y de aquella que genere menos efectos sonoros, como los ‘chasqui bum’. A su vez expuso que “los negocios deben comercializar esos artificios siguiendo las medidas de seguridad que correspondan”.

Por su parte, Juan Iturriaga expresó que “la gente utiliza los fuegos artificiales para celebrar, pero los padres que tenemos hijos con cuadros de Autismo sufrimos muchos problemas, porque cuando llega la medianoche y se brinda en familia por Navidad o Año Nuevo, no podemos compartir ese momento, porque nuestros chicos padecen hipersensibilidad auditiva, por lo cual los estruendos de esos artificios producen un daño auditivo, y también provocan situaciones de estrés muy grandes y no solo los seres humanos padecen ,sino también los animales tienen el mismo problema con la pirotecnia”, explicó el preocupado padre.

En el marco de esta realidad, en las ciudades de Campo Gallo, Quimilí, Nueva Esperanza, Tintina, Pampa de los Guanacos y Monte Quemado no se conoce si hubo alguna iniciativa por parte de vecinos o concejales con respecto a frenar la utilización de la pirotecnia, de lo que sí se pudo certificar es que hay niños y adultos que presentan patologías que marcan que fueron afectados por los efectos de la pirotecnia sonora.