En la cuarentena obligatoria no desaparece el autoritarismo del gobierno municipal que contradiciendo a la Ley. Un Gobierno que impide el ingreso del trasporte de alimentos a la ciudad, provocando un innecesario riesgo de contagio y con efectos en la rentabilidad del pequeño comerciante.

En el marco de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del Coronaviris, la actividad del transporte con carga de mercadería para consumo se encuentra dentro de las excepciones establecido por el Gobierno Nacional.  

En  Monte Quemado, contrario a lo ordenado por el decreto nacional, la municipalidad no permite ingresar a la ciudad  a los vehículos proveedores de los comestibles  por lo que el  comerciantes a diario se traslada a la ruta para poder recibir los pedidos, provocando un movimiento innecesario e inexplicable al sentido común y al fin último que desde la municipalidad se invoca, que es de proteger la salud de la población.

Unos vinculan la prohibición de lo que está autorizado por Ley  a intereses de los  pícaros, que no son pocos y se los sabe influyentes al poder político y de esa forma favorecer  al comerciante pudiente, que tiene medios, recursos para sacarle ganancia al  disfraz de una metodología que para nada contribuye a cuidar la salud del pueblo, y mucho menos contribuye a las vapuleadas economías hogareñas.

En lo que pueden y tienen

En el paisaje del día día se observa al pequeño comerciante que sale de su negocio en  los barrios, en lo que tiene y puede, rompiendo la cuarentena para reunirse en lo que es un encuentro social comercial diario, que el mismo poder político lo impone y que tiene lugar en el empalme de las rutas 16 y 92, en las afueras de la ciudad, lugar donde se encuentran los controles de la seguridad sanitaria.

Hasta allí  vienen los vehículos con mercadería de los  proveedores, y en su mayoría los que acuden son los pequeños y medianos comerciantes, porque los súper y otros negocios grandes del rubro mercaderías tienen sus trasporte propio y no necesitan acomodar todos los días  su stock  como si lo hacen los propietarios de almacenes, kioscos, despensas de los barrios que en definitiva son los que están más cerca de la familias que permanecen confinadas cumpliendo la cuarentena.

Este es el día, día en un paisaje de una ciudad en crisis sanitaria donde el ejercicio de lo increíble no tiene frenos cuando en nombre de proteger la salud se cierra calles con basura, y ahora se le colocan gomas, donde el mosquito del dengue se siente con más fuerza para reproducirse. Es decir, se implementan absurdos método en nombre de controlar coronavirus.

En realidad, entender a qué intereses responde esta forma tan impropia y contraria a la lógica si lo que se invoca es la protección de la salud de la población; cuando el aislamiento   de  la cuarentena es precisamente para evitar el contagio de una pandemia, hay medidas desencontradas con el fin último que se persigue.

De no creer

El comerciante  para evitar el desabastecimiento de su negocio se traslada en lo que tiene y puede hacia los accesos donde se reúnen 30 y hasta más pequeños comerciantes en torno a los camiones cargados de mercadería, a los que el protocolo de seguridad no lo deja ingresar a la ciudad, pese que son bien controlados por los equipos sanitarios, Incluso se los desinfecta.

El protocolo  que realizan las sanitaristas del hospital es  de examinar con un termómetro a las personas que circulan por el lugar, para ver si presentan o no los síntomas del Covid-19 y está bien que así sea.

También hay que decirlo, este gobierno municipal no se conoce que invierta un solo centavo en desinfectantes especiales. Si  lo hacen mezclando agua con lavandina u otro desinfectante barato de uso corriente, cuando en el caso de mercadería de consuno humano se requiere para fumigar un producto especial, y su costo no es superior al valor de la vidas que se pone en riesgo cuando los comerciantes  salen a la ruta en busca de la mercadería con el riesgo de encontrarse en el camino con el virus.

Está claro, dos transportistas debidamente controlados por la sanidad, cumpliéndose con el protocolo de seguridad no representan  el  mismo riesgo de contagio, que  cuarenta comerciantes de Monte Quemado reunidos en torno al camión del proveedor  a la orilla de la ruta, por donde se supone viaja el coronavirus.

Remarcación de precios

El método empleado por la Comuna, además de riesgos de contagios en la salud, tiene también incidencia en los precios de la mercadería y en la economía de los pequeños y medianos comerciantes.

A pesar de lo injusto, peligroso, irrazonable e ilegal de las medidas de la municipalidad de impedir a los transportistas en condiciones sanitarias de circular por la ciudad, vemos que los pequeños y medianos comerciantes de los barrios proveedores de mercadería, a pesar de mayores costos que implica pagar por ejemplo un flete para ir a buscar los productos desde los controles y recién poder ingresarla a la ciudad, no son los que se abusan con los precios. Pero a través de las redes sociales, la gente se expresa y denuncia los abusos de los comerciantes pudientes, que remarcan precios de mercadería, y a los que nadie  controla, ni mucho menos se los escracha por el paskin, son a los que se los “usa” para generar una sensación de control que en realidad no existe.  

El camión del Proveedor

Ejemplo: El proveedor informa por una radio FM o por whatsApp de su presencia en el control de la ruta 16 y 92, distante a 2 y 3 kilómetros  de distancia, y hasta allí los comerciantes  se trasladan en lo que pueden.

Se reúnen junto al camión 30 o 40 personas, eligen la mercadería, la cargan en lo que tienen. Unos en caja de camionetas que alquilan, otros  en moto vehículos, en bicicleta, y a pedalear con la mercadería porque  se  corta la cadena de frio. Ese el caso de los lácteos u otros perecederos.

Ocurre también con los verduleros o con el que vende garrafas, que tienen que pagar  un flete extra, contratar los servicios de no menos de dos cargadores, la doble carga y descarga, lo que implica mayores costos de la mercadería perdiendo rentabilidad la actividad y obligados en casos de los artículos de precios cuidados tienen que remarcar  afectando a la economía.

Es claro que en el marco de las restricciones  de la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus, el gobierno, por intermedio del  Ministerio de Transporte, para evitar el  desabastecimiento de alimentos emitió una habilitación especial de circulación para estos segmentos que curiosamente no se sabe por qué motivo en la ciudad de Monte Quemado no funciona, es otra muestra de que el poder político hace lo que quiere, no lo que impone la Ley.