Efectivos de la Seccional 22 de Monte Quemado, Copo, frustraron ayer el ingreso de un bizcochuelo en cuyo interior llevaba ocultos 37 gramos de marihuana, destinado a un condenado por drogas.

El procedimiento fue realizado por la guardia, a requerimiento del fiscal Santiago Bridoux, después de que los policías informasen a la mujer que traía el postre, que debían verificar su contenido.

Así, un policía habría inspeccionado en profundidad y notado que el bizcochuelo ocultaba una capa interior consistente en una sugestiva bolsita.

Especialistas

Inmediatamente intervinieron efectivos de la División Drogas Peligrosas y a los pocos minutos establecieron que el postre camuflaba 37 gramos de marihuana, al parecer con un solo destinatario: un detenido de apellido Herrera condenado semanas atrás por drogas.

Las crónicas policiales recuerdan que el procedimiento fue ejecutado el 30 de abril del 2019. La policía interceptó a dos motociclistas oriundos del Chaco y Los Pirpintos (Copo), quienes intentaron burlar el control policial en ruta 16, a las 20:30.

Tras unos minutos de persecución, los dos motociclistas cayeron presos y habrían señalado que trabajaban con otras personas. Sin perder tiempo, la Justicia concretó dos procedimientos antidrogas: uno en una vivienda en el Bº Islas Malvinas y otro, en calle Cabildo y Primera Junta del Bº Centro.

Quinteto preso

En principio hubo cinco detenidos: los dos motociclistas, dos hermanos y la pareja de uno de ellos, condenado este año.

Ahora, los nombres adquieren notoriedad nuevamente, ya que al parecer habrían preparado el bizcochuelo y alguien se lo llevó al condenado.

Con el postre secuestrado, el fiscal habría ordenado buscar a la mujer que lo entregó en la guardia policial, aún con las motivaciones obvias.

Los policías partieron tras la enviada, quien habría indicado que a su vez obró como “cadete” de otra persona.

El dilema del fiscal

Al cierre de esta edición, el fiscal Bridoux enfrentaba un dilema, con al menos dos personas que negaban haber sido la “repostera” que horneó un bizcochuelo con los 37 gramos de marihuana.

Con firmes sospechas de tener frente sí verdades a medias, el funcionario mantenía a una persona demorada, optimista en que contribuyera a refrescarle la memoria.

Ante semejante revuelo policial, el condenado se desligó del incidente y afirmó que no pidió comida, mucho menos postres de ninguna naturaleza. 

Fuente: El Liberal