Un botín superior a los $ 3.500.000 fue robado a una familia en la localidad de Guardia Escolta, departamento Belgrano, aprovechando que se ausentó de su vivienda el viernes y recién retornó en la víspera.

Así lo denunció anoche ante la policía Fernando Catalino Belizán, de 38 años, hijo de un productor, y de inmediato arrancó una investigación a cargo de la fiscal de turno, Alejandra Sobrero.

Guardia Escolta es una localidad ubicada en el departamento Belgrano. Se encuentra sobre la Ruta Nacional Nº 98, 17 km al sudoeste de Bandera, Belgrano.

El escenario del golpe

El escenario del supuesto robo fue un inmueble en una zona rural a 3 kilómetros de Guardia Escolta, donde Belizán reside con su esposa y el resto de su familia.

De acuerdo con el damnificado, se ausentó de su domicilio junto a su concubina el viernes por la tarde y viajó hacia la ciudad de Quimilí, en el departamento Moreno.

Después de 48 horas de descanso, la familia regresó en la víspera y descubrió la amarga noticia. Belizán abrió la puerta y se dio con la novedad que le habrían violentado la puerta de ingreso y literalmente "sembrado" en toda la casa con ropa, vajillas y adornos.

En su afán de alzarse solo con objetos de valor, él o los delincuentes habían arrojado un televisor junto a una de las puertas.

Angustiada, la víctima recorrió la vivienda y buscó en un ropero los ahorros y hasta dineros de una reciente operación, trascendió al cierre de esta edición.

Fiscal, al lugar del hecho

Pese al hermetismo, se supo que Belizán habría denunciado el robo de $ 3.500.000, confirmaron anoche los voceros policiales.

Por la magnitud del golpe, la fiscal Sobrero esta madrugada trabajaba en la vivienda, respaldada por la policía local y expertos de la División Criminalística, a quienes asignó la tarea de una ambiciosa pericia global: buscaban huellas y tomaban fotografías hasta de los detalles en apariencia menos trascendentes.

En ese cometido, los policías recibían testimonios de los vecinos de la familia Belizán. El fin inequívoco de Sobrero era recrear las actividades de viernes, sábado y domingo en la zona, ya que aún se desconocía el día del robo.

Todo era desazón y perplejidad en la familia, segura de que no fue nada al azar.

Policías ''peinaban'' al bajomundo de rateros dateros

El fiscal coordinador, Gabriel Gómez, y su par Alejandra Sobrero esta madrugada procuraban dar con pistas firmes que pudiese conducirlos hacia él o los maleantes.

Gómez requirió a la policía un informe de vehículos “extraños” que hayan ingresado (y egresado) a Guardia Escolta entre viernes y la víspera. Sin verbalizarlo, los fiscales intuían que el “trabajo” quizá fue marcado por mano de obra local, pero asignado a foráneos, deslizó un funcionario a esta redacción.

Por su parte, Belizán proveía el listado de personas que tendrían conocimiento sobre su viaje y las de aquellas con las que habría realizado negocios en los últimos días. No era todo. Otros policías “daban vuelta” y zarandeaban al bajomundo, ávidos de rateritos habituados a observarlo todo, en especial en aquellos terrenos y golpes del cual suelen ser marginados.