La investigación en relación al robo de combustible de patrulleros de la subcomisaría de El Mojón, ilícito que involucra al exjefe de la dependencia y a dos subalternos, detectó serias irregularidades en cuanto al registro de la carga de gasoil en un móvil.

Además se receptaron testimonios a efectivos, los cuales complicaron gravemente la situación de los implicados. 

Extravío libro de móvil
De las averiguaciones realizadas por quienes fueron a “auditar” dicha subcomisaría, surgió que no contaban con el libro de la unidad móvil del Destacamento Policial Nº 2 —de la localidad de Ahí Veremos— que estaba afectado a la subcomisaría de El Mojón, el cual habría sido extraviado en julio del corriente año, y no se había habilitado otro hasta el momento en que se inició la investigación, “en agosto del presente año”, se indicó.

  Tacómetro no funciona
También se logró establecer que el tacómetro de dicha unidad móvil no funcionaba, por lo que estaban impedidos de realizar un control del gasto de combustible en relación al kilometraje que se realizaba en cada servicio que realizaba el patrullero.
Sin embargo, las fuentes consultadas aclararon que se dejaba constancia en el Libro de Novedades Generales sobre la carga de combustible, en donde se adjuntaba los tickets que entregaba la estación de servicio donde cargaban el combustible.

 Comprometida situación
Dicha “auditoría” contempló la recepción de testimoniales a varios efectivos, numerarios de la subcomisaría de El Mojón, quienes manifestaron que conocían que se extraía el combustible del patrullero, y que dicha tarea el oficial principal que fue jefe de la dependencia, se la encomendaba a un sujeto que estaba allí detenido, acusado de un homicidio.
Tales testimonios fueron brindados por efectivos de la Brigada de Investigaciones de esa dependencia, tres suboficiales que cumplían la función de jefes de guardia, el chofer de la guardia de prevención, y el policía que se desempeñaba como retén.

   Comerciante y el preso
Cabe recordar que un comerciante de la localidad de La Fragua admitió haber comprado gasoil a un policía, en tanto que el detenido por homicidio afirmó que el jefe le ordenaba sacar el combustible del patrullero.

Fuente: Nuevo Diario