“Mami ya vengo, voy a lavar la ropa de mi tío. Le voy a coser y después vengo”, fue la promesa que le hizo Priscila Martínez a su madre. Se despidió de su abuelo y se fue de la vivienda del barrio Los Lagos —La Banda— junto a su familiar y otro sujeto. Desde ese día, su paradero fue incierto.

Eran aproximadamente las seis de la tarde del 23 de febrero último. Priscila tenía 15 años.
No regresó. A partir de allí comenzó una minuciosa investigación por parte de la Justicia del Crimen de nuestra provincia en conjunto con las fuerzas policiales. Tras intensas y efectivas pesquisas lograron desentramar el horror: Su verdugo era su familiar. Oscar Rubén Ávila, de 28 años, residente en el barrio Los Lagos, y primo de su madre. Era conocido como “Tela” y entre los vecinos “no tenía buena fama”. Priscila lo apreciaba y nunca pensó que iba a ser la última persona a quien le iba a suplicar por su vida.
Recorrieron las calles del barrio Los Lagos, luego llegaron a la vivienda de Ávila, ubicada en Catamarca y Coronel Larebure. Ese sitio se iba a convertir después en la trampa mortal menos pensada por la jovencita.
Los vecinos, al entrevistarse con la Policía tras su desaparición, contaron que “la habían visto entrar en esa vivienda —señalando la casa de Ávila, donde vivía junto a otras dos personas más— y que no la había visto salir”.
Era una versión diferente a la que el mismo Ávila había brindado a su familiar cuando le preguntaron dónde estaba Priscila ya que no había vuelto a la casa. En ese momento, el carpintero habría respondido: “No sé tío, la dejé en el canal y me fui. No sé a dónde se habrá metido”. Luego, siguieron las evasivas en torno al paradero de la adolescente.
Ávila habría seguido normalmente sabiendo de la angustia de sus familiares que la buscaban incansablemente. Mientras, las pesquisas diligentes de los investigadores seguían recabando pruebas y sin pausas procuraban desentramar qué había sucedido

Rutina
Se levantaba todas las mañanas a las seis, se vestía y se dirigía a trabajar en una carpintería ubicada en avenida Antenor Álvarez del barrio Huaico Hondo de la ciudad Capital.
Debajo de su cama, el corazón de Priscila ya no latía. Su habitación era la tumba de su familiar que todo el mundo buscaba, pero seguía negando cuál fue su destino. Seguía afirmando que había desaparecido en el canal, donde habría estado con dos sujetos.
La Policía y la Justicia no bajaron nunca los brazos y tenían en la mira a Ávila. Sabían que era la última persona con la que Priscila había estado.
El carpintero utilizaba el nombre de un familiar en las redes sociales. Bajo el perfil de “Darío Navarro” captó a una joven, a quien la violó y la golpeó hasta desmayarla. Creyó que estaba muerta y la dejó abandonada en una zona montuosa a la vera de la Ruta Provincial 11, en La Banda. Esa habría sido la “suerte” que también le habría tocado correr a Priscila. Pero su desenlace fue fatal. Por el ataque sexual e intento de homicidio, Ávila fue apresado. Se mantuvo en silencio en su celda y día a día negaba saber dónde estaba Priscila, a pesar de la insistencia de los investigadores. La angustia invadía a la familia, hasta que la Policía logró reunir una gran cantidad de evidencia que dejó cercado a “Tela”. No habría tenido más opción que confesar, ante el trabajo realizado por la Policía y la Justicia.
“La maté y la enterré debajo de mi cama. Le puse cemento encima”, habría sido la confesión de Ávila.
Ayer, cerca de las cuatro de la tarde los efectivos de la División Trata de Personas, conjuntamente con la División Canes, División Policía Científica y División Homicidios y Delitos Complejos Banda por orden del Juez de Control y Garantías de Banda y Robles, Dr. José Luis Torrelio, realizaron un allanamiento y rastrillaje en la casa de Ávila.
Fotografiaron la habitación del carpintero y en el piso, encontraron una refacción de cemento. Los perros encontraron rastros de la presencia de Priscila. De inmediato, se delimitó el lugar y se realizó la excavación tapada con cemento, Ávila había sepultado allí el cuerpo de su pariente.
El cadáver fue desenterrado y trasladado a la morgue judicial donde se le practicará la autopsia a requerimiento de la Fiscalía de turno de Banda y Robles; mientras avanzan con las pesquisas para establecer si el acusado contó con la colaboración de otras personas para concretar el crimen.

Secuestraron baldes de albañil y otras herramientas

Luego de realizar la excavación debajo de la cama, donde se encontró sepultado el cuerpo que sería de Priscila Martínez, los efectivos de la División Policía Científica conjuntamente con otras dependencias policiales secuestraron elementos valiosos para la causa.
En la habitación se encontraron dos baldes de albañil y una pala cuadrara que serían herramientas que usaba Oscar Rubén Ávila para realizar changas cuando no trabajaba en la carpintería. Además, hallaron un pico que es utilizado para romper estructuras de cemento. Los bienes, por disposición judicial, fueron secuestrados y serán peritados en los próximos días.

Fue acusado de violar a otra mujer

A través de un perfil falso en Facebook, Oscar Rubén Ávila captó a una joven. La víctima tiene 18 años y vive en el barrio Quilmes de La Banda. Pactaron un encuentro “a ciegas”, luego de que intercambiaron mensajes.
Habrían compartido un momento de charlas en la casa de un allegado de Ávila y luego le dijo que “la llevaría a su casa”. En el camino, ingresó a una zona montuosa a la vera de la Ruta Provincial 11, en cercanías de una fábrica textil. La atacó salvajemente a golpes. Eran aproximadamente las ocho de la mañana del lunes 9 de marzo pasado. La inmovilizó en el piso, asfixiándola y la violó. La ultrajó sexualmente y luego continuó golpeándola; al punto tal, que la dejó inconsciente. Pensó que la víctima estaba muerta y huyó. La joven fue hallada ensangrentada por una mujer que llevaba a su hijo al colegio y hospitalizada.
Días después, la División Delitos Comunes Banda realizó un allanamiento en una carpintería del barrio Huaico Hondo de la Capital, donde Ávila trabajaba y lo detuvo. Fue imputado de los delitos de homicidio en grado de tentativa y abuso sexual con acceso carnal.

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Fuente: Nuevo Diario