Un pastor evangélico domiciliado en el barrio Belgrano de Monte Quemado, que se había presentado en la Comisaría Comunitaria Nº 22 para denunciar a su hijastro —de 24 años— por una supuesta agresión, terminó recluido en una celda.
Se desurb que los hechos no se habían producido como manifestaba, sino que en realidad él golpeaba a su concubina —también pastora—, por lo que el hijo de esta debía intervenir para defenderla.
La situación del acusado —identificado como Reinaldo Alejandro Peralta— se vio complicada y deberá seguir privado de la libertad, ya que por requerimiento del fiscal Santiago Bridoux le convirtieron la aprehensión en detención por 10 días, medida que fue adoptada por el Dr. Facundo Sayago, juez de Control y Garantías para la Circunscripción Copo, quien rechazó el pedido de excarcelación impulsado por la defensa oficial que asiste al individuo.
Algunos pormenores
En la madrugada del 3 de febrero último, alrededor de la 1.15, el pastor llegó a la comisaría manifestando que quería denunciar a su hijastro Rodrigo Juárez, quien convivía con él y su concubina (madre del joven), acusándolo de intentar agredirlo, atacándolo con un destornillador, acción que el hijastro habría cometido bajo los efectos de sustancias tóxicas o alcoholizado.
Se informó de ello al fiscal Bridoux, quien dispuso que personal policial se constituyera en el domicilio del denunciante y demoraran al joven, por lo cual los uniformados fueron al inmueble pero no hallaron a Juárez.
Se dispuso recibirle un testimonio a la concubina del pastor, para lo cual se la hizo comparecer a la comisaría, a la que asistió acompañada de su concubino, el cual quedó afuera esperándola mientras ella cumplía con la diligencia.
Quería que echara al hijo
En su exposición, la pastora reveló cuestiones de violencia intrafamiliar, indicando que su pareja le exigía que echara de la casa a su hijo (nacido de una relación anterior), diciéndole: “O lo corres de la casa o te vas vos también con él”, y además aseguró que ella era víctima de agresiones por parte del pastor, quien la golpeaba en partes del cuerpo donde la ropa que vestía ocultaba las lesiones. Y añadió que cada vez que la golpeaba su hijo intervenía para defenderla, y eso era lo que le molestaba al inculpado.
La había amenazado
Incluso le contó a los efectivos policiales que el pastor le había dicho que la esperaría afuera de la dependencia y que le había advertido: “Más vale que digas lo que yo te dije que cuentes”, y terminó explicando que el episodio que fue a denunciar el sujeto no era cierto, que en realidad su concubino había sacado la cama del joven hacia la galería y se acostó. Cuando el muchacho regresó le pidió la cama porque quería descansar, lo cual enojó al pastor y lo insultó, por lo cual ella tuvo que intervenir para evitar mayores problemas, e indicó que fue entonces que su hijo decidió marcharse de la casa.
El fiscal ordenó apresar al pastor evangélico.