Por Tony Villavicencio | La historia demuestra que mientras más mediocre es alguien que llega al poder, más se embriaga de poder ante esa pasajera situación en la que el destino lo coloca.

Al respecto, los grandes estadistas se caracterizaron siempre por saber manejar esas situaciones y los verdaderamente poderosos no necesitaron nunca de esas muestras externas que tanto gustan a los que necesitan hacer ostentación de sus cargos para sentirse en realidad importantes.

En los gobiernos donde los mediocres ocupan cargos es natural que veamos cómo se le sube el poder a la cabeza, y en Quimilí, a horas de haber asumido el nuevo intendente, aparece un familiar directo del intendente Aníbal Ponti, un impostor, falseando el cargo de secretario que defiende los intereses del pueblo, cuando  en una actitud villana cobardía política, filma y  cargan un video en las redes social sin informarse de la realidad. 

Es el  caso de un personaje, el que ebrio de poder sin aún ser funcionario asustó y humilló a cuatro  mujeres empleadas municipales a las que firmaba acusándolas de que estaban robando y filmándolas, cuando las mismas, cumpliendo orden superior, cargaban en un vehículo un pesado escudo de madera de algarrobo, un árbol en madera tallada y  tres baldosas con destino al museo municipal.

Este personaje, que fue denunciado, se anuncia desde la  intendencia que el día de mañana jueves juraría en una  secretaria y de ser así, pareciera que el nepotismo (gobierno de familia) una vez más se prende de la teta del Estado municipal sin producir nada extraordinario.

No hay que olvidar que con la parentela adentro de la administración de la cosa pública y el servicio de amigos del poder se construyeron en otros  municipios verdaderas estructuras que estuvieron destinadas a burlar, los controles de los dineros y  bienes públicos.