La atención de la salud pública en la ciudad de Monte Quemado demanda una revisión profunda por parte de las autoridades sanitarias de la provincia.

A la falta de recursos humanos y especialidades, se le suma el desorden de un descontrol por parte de un interventor que administra al hospital regional Francisco David del Norte Grande mediante personeras a las que concedió el poder de oponerse a derivaciones de urgencias, contradiciendo en oportunidades al consejo de los médicos en lo que sería una maniobra de distraer fondos del hospital destinado a combustible.

Hay que reconocer tenemos un infraestructura hospitalaria faraónica, no hay recursos humanos, especialidades, aparatología y en manos de una intervención ausente que administra a distancia mediante personeras que cumplen más que un plan, un pacto de austeridad económico con un fin recaudatorio. 

A todo esto, el domingo en circunstancias poco claras, una joven madre murió en el parto, dejando a un niño recién nacido huérfano. En tanto, ayer familiares de una paciente a la que se le murió su hijo en su vientre, suplicaban que la deriven de urgencia después de tenerla internada más de 24 horas a la espera que surja otro derivación para evitar el consumo del combustible.

Finalmente, la derivaron al Centro Integral Salud Banda tras amenazas de denuncias por parte de la familia Chejolan.  

Este hecho viene a confirmar lo informando por este diario y lo expresado por otros pacientes, e incluso el propio personal del nosocomio en la edición del día lunes 23 de enero, afirmando un maquiavélico plan de austeridad económico que habría implementado el interventor, Dr. José María Gomes, medida que las haría cumplir mediante tres empleadas y que a la hora de las derivaciones tienen más autoridad que los médicos para decidir si salen o no las ambulancias.

Los combustibles, que luego se transformarían en vales de dinero efectivo. Fondos, cuyo destino se desconoce y mucho menos se sabe si vuelven al servicio de la atención de la salud pública.