En contexto de alta temperatura, aumentan las probabilidades de aparición de estos arácnidos, por lo cual se sugiere tomar medidas de cuidado.

Los alacranes son animales de hábitos nocturnos que se alimentan de insectos vivos, principalmente cucarachas. Buscan ambientes húmedos y oscuros, y durante el día, se pueden ocultar debajo de piedras y troncos. Dentro de los hogares se pueden ocultar en zapatos, trapos de piso, grietas en las paredes y pisos; fuera del domicilio, pueden encontrarse en zonas oscuras o húmedas donde existen cúmulos de maderas, ladrillos, escombros, elementos en desuso, desagües, entre otros.

Para prevenir picaduras se recomienda revisar prendas de vestir y calzados; sacudir la ropa de cama antes de acostarse o acostar a los niños; evitar caminar descalzo; tener precaución cuando se examinan cajones o estantes; utilizar rejillas en desagües, cañerías y otras aberturas; colocar mosquiteros en puertas y ventanas; revocar las paredes, reparar grietas en pisos, paredes y techos; mantener limpia y ordenada la vivienda y alrededores; evitar la acumulación de materiales de construcción, escombros, leña, etcétera.

No todos los alacranes son venenosos, pero ante el hallazgo es imprescindible tomar recaudos necesarios. La única especie venenosa es el Tityus Trivittatus (color marrón claro, tres rayas longitudinales más oscuras en el dorso, pinzas finas y alargadas, y el último segmento de la cola con un aguijón). En caso de una picadura se debe concurrir al centro de salud u hospital más cercano; se recomienda colocar hielo en la zona afectada mientras se transporta a la persona, y en lo posible, llevar el escorpión para ser identificado.