Por Tony Villavicencio | Llegó y pasó la Navidad, sin dulce; y se viene un Año Nuevo sin ensalada de fruta. Los precios están inalcanzables, la mayoría de las familias sufren la inflación.

En algunos casos, por la deslealtad comercial que pulveriza el salario del trabajador formal y aún más de las familias que sobreviven de changas.

El medio aguinaldo no alcanza para nada, los últimos dos días hubo una estampida de precios en algunos negocios. Se remarcó el kilo de uva en $1.500; el kilo de durazno  a $800; el de Kiwi, a $1.800; la manzana, a $490; la banana, a $450.  

La crisis económica sacude al país con una inflación galopante, que siembra dudas no solo del valor de la moneda con relación al precio de la mercadería, sino también de los valores de la ética y la moral de algunos comerciantes desleales que se aprovechan de la incertidumbre del consumidor final y redoblan los precios.

La uva costaba $600, pero los últimos días previos a la Noche Buena incrementaron a $1.500 el kg.  La cidra (La Farruca), estaba $400, y hoy se paga  $750; mientras que la caja de seis unidades se consigue a $3.600. A esto hay que sumarle que entre negocio y otro hay diferencias entre $300 y $500.

Sin dudas, en Monte Quemado como en todos lados hay comerciantes que piensan en los bolsillos de sus clientes, pero no son menos los que se aprovechan de la incertidumbre de la crisis económica, y por encima de los valores de la inflación remarcan licuando los pocos pesos del aguinaldo de los trabajadores formales, pero más sufren las familias de los que trabajan en los aserraderos, de los que  con tanto esfuerzo ganan pocos pesos abrazando palos, sobreviviendo de changas.   

Entrevistas

“El aguinaldo no me alcanzó ni para ponerme al día con mis deudas”, señaló Marisol Argeñarás, empleada de un conocido centro comercial de la ciudad de Monte Quemado. “Agradezco a Dios que tengo trabajo, porque conozco familias amigas que  se quedaron sin laburo y todavía están esperando algo y subsisten de changas, hay chicos compañeros míos que se recibieron de maestros y trabajan bajando y subiendo rollos de los acoplados por monedas”, agregó.

Por su parte, Juan Maldonado, empleado forestal, expresó: “La situación de los trabajadores de nuestro sector, muchos tenemos sueldos que están por debajo del convenio, pero ante la crisis nos tenemos que conformar por tener un trabajo. Ya le dije que sería peor no tener trabajo, nosotros los privados no cobramos bonos, aunque me dicen que aquí hay un dueño de aserradero que tiene a sus empleados en blanco, paga lo que impone la ley  y hasta ayuda a sus empleados a tener una buena vivienda, a que compren su auto”.  

En la recorrida por calles de la ciudad, son coincidentes en que la inflación es la principal responsable de esta situación. “Los precios no son lo que estaban hace un mes, todo aumenta, y en mi caso el aguinaldo lo voy a usar para pagar una boleta de luz y un gasto de la familia que tengo pendiente”, comentó Josefina Galván. Agregó: “soy viuda y hace poco nomás comencé a percibir la pensión de mi esposo, tras más de un año de trámites, es una situación difícil, no se puede creer todo lo que está sucediendo y hay comerciantes que son abusos  con los precios”.

Por otra parte, Ana María Mansilla, empleada de comercio dijo que “la gente con el cobro del aguinaldo no se está volcando a comprar masivamente en los comercios, creo que para el comercio es el peor año y eso muestra lo mal que está la familia y su economía. La crisis no solo afecta a los que vivimos en Monte Quemado, sino a nuestro país”.