Si bien la costumbre siguió firme en algunas familias, la tendencia marca que lanzar cohetes se va volviendo una práctica antigua y dañina para los niños, y también para la población canina.

La municipalidad de Monte Quemado recordó a la comunidad la ordenanza que prohíbe el uso de la pirotecnia, y se notó una disminución con respecto al 2021; y más aún con respecto a años anteriores.

Con las fiestas llega la temporada de pirotecnia. Si bien existen municipios y provincias que prohibieron el uso, hay personas que los siguen usando sabiendo que es perjudicial para animales y personas con autismo, no solo a los de compañía, sino también a pájaros, animales de granja.

"Hay que entender que el oído de los animales es considerablemente más sensible que el de los humanos, por lo que las explosiones son perturbadoras y les puede dañar la capacidad auditiva. Los ruidos causados por pirotecnia pueden causar fobia a los animales, los pone sumamente nerviosos. El perro puede paralizarse, puede provocarle temblores, salivación, taquicardia, aullar o vocalizar en forma intensa, algunos se orinan o se defecan", argumenta.

En este dramatismo, los perros también pueden llegar a querer escapar de la casa a causa de los estruendos: "Y ahí es donde ocurren accidentes, porque son atropellados por vehículos, o quedan atrapados entre rejas, o rompen vidrios de ventanas tratando de huir, a veces sufriendo cortes que pueden llegar a ser graves. O cuando están con sus propietarios que están lanzando cohetes, estos animales intentan agarrarlos, y ocurre que detonan en la boca produciendo lesiones gravísimas como fracturas o quemaduras".