La ciudad de Monte Quemado cumplió 90 años y cuando se disponía a iniciar los festejos, el repentino cambio de tiempo con ráfagas de viento de hasta de 80 Km/h, no dejó nada de pie y provocó una verdadera estampida humana.

La fiesta del cumpleaños se programó en la plaza del Bicentenario y dio inicio a las 20 horas, desde temprano se preparó el escenario, las guirnaldas, los stand de comerciantes, la torta; y cuando habían llegado el intendente, la secretaria de Gobierno y otros funcionarios de rango menor y vecinos, comenzó el viento.

En efecto, hay que hacer mención que promediaban las 20 horas con un cielo  limpio, que no hacía prever ninguna sorpresa de un cambio de tiempo.

El locutor anunciaba la presencia de funcionarios, y cuando iniciaban el acto, como si fuera un castigo de la naturaleza, llegaron las primeras ráfagas del viento que soplaba con furia, levantando el polvo de tierra. 

El furioso viento hizo volar guirnaldas, pancartas alusivas, góndolas, kioscos y hasta la  torta de varios kilos quedó decorada por el polvo de tierra.

Como si fuera un castigo, en la plazoleta nada quedó de pie. La  gente espantada, corría buscando refugio, y la situación se agravó cuando a los pocos minutos se generó en la ciudad, un apagón general de la energía eléctrica.  

El fenómeno meteorológico destruyó toda la ornamentación, y ahuyentó a los vecinos que habían concurrido a la fiesta organizado por las autoridades de la Municipalidad que se encuentran a días de entregar el mando con una gestión duramente cuestionada.

Los supersticiosos, luego de lo ocurrido la noche del cumpleaños, en voz alta opinan atribuyendo el fracaso de la fiesta a la obra de la naturaleza, asegurando que en pueblo de Monte Quemado no hay nada por festejar.