Don José María Cantos expuso ayer en el panel Responsabilidad Internacional del Estado en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, en el marco de las 1° Jornadas Latinoamericanas de Derechos Humanos y Humanitario, que se desarrollan en el Centro Cultural General San Martín en Las Termas de Río Hondo. Su intervención versó sobre “El Sistema Interamericano de Derechos Humanos y la Mirada de la Víctima”.

En tono coloquial, Cantos expuso algunos graves episodios personales, en el marco de las persecuciones que sufrió en la década de los años setenta, señala Nuevo Diario en su edición digital. 

Frente al auditorio, el fundador del Multimedio relató los pormenores de la expropiación de su vivienda ubicada en avenida Belgrano de la ciudad Capital: “Regresaba yo a la provincia y observé que habían sacado todos los muebles y las pertenencias personales y de mi familia a la calle. Nos quitaron la vivienda que habitábamos para dejarnos a la intemperie”, manifestó.

“Pero nunca perdí la fe, yo siempre sostuve que Dios me iba a ayudar y por eso seguí luchando en busca de justicia por más de 10 años en mi país. Justicia que me fue denegada sistemáticamente”.

Ha sido una larga lucha de 48 años. En los que he vivido situaciones que atentaron no solo contra mis bienes, sino además contra mi libertad e integridad física. Me encarcelaron 40 veces y en cada una de esas oportunidades me tuvieron que dejar en libertad por falta de mérito, porque no había hecho nada ilegal y las causas fueron inventadas. Una vez sacaron a mi hija esposada de una peluquería. Estas y otras atrocidades enfrenté en busca de justicia, resaltó Cantos frente a un auditorio que escuchaba atentamente su relato.

Todo aquello me hizo más fuerte y más comprensivo de las necesidades humanas. Es por ello que tomé la decisión de seguir luchando para que otros no tengan que pasar por lo que me tocó atravesar a mí y a mi familia. Y con la ayuda de Dios pude llegar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y luego testimoniar mi caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en San José de Costa Rica, expresó.

Rememorando aquellos tiempos turbulentos y cómo habían signado en su espíritu la solidaridad como bandera, destacó: “Una vez yo iba por la plaza Libertad, pasé frente al Jockey y lo vi a don Eduardo Miguel, que había salido de la cárcel. Me paré y le dije: ‘Mire don Eduardo yo lo conozco, yo soy José María Cantos’. Entonces empezamos a conversar y me dijo que estaba siendo perseguido por la Justicia. Me contó que le habían puesto una bomba en la casa en la que vivía con su hija. Y que tenía que deshabitarla y no tenía adónde ir. Me levanté de la mesa, fui hasta donde tenía guardada la llave de la casa que actualmente habito en la calle Córdoba y le dije: ‘Don Eduardo, aquí tiene las llaves, vaya a ver la casa y si le gusta vaya a vivir allí’. Así lo hizo y fue a vivir. Me agradeció inmensamente y estuvo después varios años viviendo allí. Yo no le permitía ni siquiera que él pague los impuestos. Esas son cosas que me animaron a seguir luchando”.

Dios me dio con creces todo lo que yo hice por la gente. A pulmón cree una fundación mediante la cual brindamos asistencia a los más necesitados”, manifestó Cantos.

Recordó en su alocución a todos quienes se mantuvieron a su lado en los momentos más difíciles de su vida con eterna gratitud y, al terminar, un conmovedor aplauso cerrado del público fue el corolario de una tarde que quedará grabada en quienes tuvieron la oportunidad de escuchar en primera persona las vivencias de un luchador que sobrevivió al denominado “genocidio económico”, emprendido en la década del 70 por poderes políticos, económicos y militares en nuestro país.